LA LUZ MALA

En la campaña argentina, el llamado «fuego fatuo», producto de la fosforescencia que se desprende de osamentas descarnadas, es conocido como «luz mala».

Las materias orgánicas, especialmente las carnes y los huesos, que se encuentran en descomposición sobre la tierra, especialmente si son terrenos húmedos, producen una fosforescencia, muy visible en la oscuridad de la noche.

Este fenómeno conocido como “fuego fatuo”, ha dado pie a una creencia que aún perdura en nuestras zonas rurales: se dice que esa fosforescencia, es  la “luz mala”, el alma de un difunto que recorre el campo buscando una paz que jamás encontrará.

Es un “ánima en pena”, el alma de un difunto que abandona su sepultura y anda penando y errando por el mundo, muchas veces para pedir venganza porque había sido muerto en “mala ley” (a traición, o asesinado) y otras veces para reclamar porque no lo habían enterrado en “lugar sagrado”, o sea en cementerio o camposanto (ver Cuentos, leyendas y supersticiones).

 

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