EL RESCATE DE LOS NÁUFRAGOS DEL «ANTARTIC» (08/11/1903)

El 8 de noviembre de 1903 la corbeta «Uruguay», al mando del teniente de navío JULIÁN IRIZAR logra ponerse en contacto con los náufragos del «Antartic» e inicia la operación de rescate.

En el año 1901, el Gobierno sueco y particulares de ese país, como respuesta a las Recomendaciones de los VI y VII Congresos Internacionales de Geografía (1895 y 1899),  que impulsaban a la exploración y conocimiento de la Antártida, organizo una expedición para que un grupo de científicos invernara durante el invierno de 1902 en la Antártica,  con el objeto de registrar vital información referida a ese continente, su clima, flujos marinos, flora, fauna y referencias  meteorológicas, hasta que llegado el verano fueran rescatados..

A tales efectos a fines de 1901, a bordo del  buque «Antartic», un ballenero capitaneado por el noruego Carl Anton Larsen y bajo la dirección científica del profesor sueco de Geología y Mineralogía Dr. Nills Otto Gustaf Nordenskjòld, e integrada por biólogos, meteórologos, botánicos y cartógrafos, marcharon hacia esas heladas tierras del sur.

Al hacer una escala en Buenos Aires, se incorporó a la expedición el alférez de la Armada Argentina José María Sobral, primer antàrtico argentino, quien se desempeñó como meteorólogo, magnetólogo y geodesta.

El grupo llegó a la isla Snow Hill, cercana a la península de Graham, y allí desembarcaron decididos a soportar el duro invierno polar, en cumplimiento de la misión que se les encomendara, mientra el «Antartic» regresó a Ushuaia, donde permaneció hasta noviembre de 1902, fecha en la que emprendió el regreso en busca de los científicos.

Pero llegado el nuevo año, ya a principios de 1903 no se tenía ninguna noticia de los exploradores y el mundo entero comenzó a temer por sus vidas.

Qué había pasado?. Se supo después que el «Antartic» había fracasado en su intento de rescatar a los científicos instalados en la isla Snow Hill, al haber sido destruido su casco  por la presión de los hielos que debía sortear, quedando su tripulación con escasos medios para subsistir en la isla Paulet, donde se habían refugiado.

La inquietud que al término del verano 1902/1903 provocó en todo el mundo la falta de noticias respecto a la expedición polar sueca, decidió al gobierno argentino a disponer el envío de una expedición de rescate.

Como no se contaba con naves adecuadas para navegar entre los hielos, se acondicionó la corbeta «Uruguay», que habría de partir apenas fueran entrevistas las primeras posibilidades de acceso a la Antártida, el en ese entonces inaccesible continente blanco.

El mando de la delicada misión fue confiada al teniente de navío JULIÁN IRÍZAR, siendo ministro de Marina el capitán de navío ONOFRE BETBEDER.

En medio de una tensa expectativa, la corbeta «Uruguay», convenientemente preparada, zarpó de Buenos Aires el 8 de octubre de 1903.

El 16 del mismo mes, luego de un viaje muy duro, habiendo sorteado con gran pericia los temporales del Mar de Drake y los hielos antárticos, llegó a la isla Observatorio, donde recaló y el 20 a Ushuaia, arribando a Snow Hill el 8 de noviembre. En medio de una gran ventisca

Lograron ponerse luego en contacto con los miembros de la expedición de Nordenskjold al sur de la isla Seymour (actualmente isla Vicecomodoro Marambio), en la pingüinera que se encuentra a ocho kilómetros de esa Base, refugiados en una cabaña que habían hallado cerca del  Cerro Nevado, donde habían permanecido aislados durante dos años.

Una vez a bordo y a salvo todos los miembros de esa isión, el teniente IRÍZAR se dirigió entonces con la corbeta «Uruguay» hacia la isla Paulet, donde procedió a embarcar a los náufragos del «Antartic».

Todo el mundo fue sacudido por la ansiada nueva, comunicada telegráficamente desde Río Gallegos apenas mes y medio después de la partida, alegría que pronto se convirtió en admiración, cuando se conocieron mayores detalles de la operación de rescate, a lo que era necesario destacar la oportunidad del auxilio, ya que, faltos ya de ropas, sin combustibles ni alimentos, los náufragos se hallaban amenazados por un inmiinente peligro de muerte,

Regreso de la corbeta «Uruguay»
El 2 de diciembre de 1903, luego de protagonizar este dramático rescate, la corbeta «Uruguay» llega a Buenos Aires trayendo a su bordo a los miembros de la expedición sueca y a los náufragos del buque «Antarctic».

La llegada a Buenos Aires fue un acontecimiento memorable: la corbeta hizo su entrada en el puerto escoltada por 30 embarcaciones, mientras todas las sirenas sonaban y el editorial del diario «La Nación» del 1º de diciembre de 1903, resumió así el entusiasmo y el orgullo que habían convocado al pueblo de Buenos Aires, para recibir a los hombres de la corbeta «Uruguay».

“El pueblo de la capital tributará hoy un homenaje de admiración y aplauso a los marinos de la «Uruguay», que a los dos meses escasos del inicio de su aventura, regresan al punto de partida, trayendo a bordo sanos y salvos a los tripulantes del «Antartic».

«Por inmensa que sea, como lo será, sin duda, la muchedumbre que acuda a recibirlos; por entusiastas y atronadores que sean, como lo serán, los aplausos y aclamaciones que se les tributen, no hay temor de que sean exagerados y desproporcionados al hecho que se va a festejar».

«Como lo dijimos al comentar la primera noticia del regreso feliz de la expedición, no importa que el encuentro de nuestros marinos con los náufragos del buque sueco no haya sido precedido de largos esfuerzos y padecimientos, de grandes y extraordinarios peligros, de una persistente y penosa lucha con los hielos del polo».

«A todo esto iban dispuestos los expedicionarios y todo esto y mucho más habrían arrostrado si hubiese sido necesario. Ha existido la deliberación del sacrificio y esto basta. Sean bienvenidos, pues, nuestros marinos. Vuelvan satisfechos de la misión cumplida y convencidos de que han realizado un acto sencillo».

El diario «La Nación», que desde el primer momento alentó y patrocinó el alistamiento de la expedición; que fue la primera voz y casi la única en reclamar un aplauso y una demostración para los marinos que partían y que ayer,  ha tenido también la satisfacción de ser la primera en llevar a conocimiento público las primicias más interesantes y los detalles del encuentro conmovedor de los náufragos con sus familiares, se asocia con entusiasmo a las aclamaciones del público y rinde a los que llegan, su tributo de admiración y simpatía».

2 Comentarios

  1. Anónimo

    Sin dudas unos verdaderos heroes.La hazaña pertenecea la epoca de «la argentina heroica» que figuraba entre las primeras potencias del mundo en todos los ambitos!!!!!!Que nos sucedio?

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  2. Anónimo

    impresionante ……!!! esto se deberia enseñar en lo colegios …!!!!!

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