HÉROES Y MUERTOS POR LA PATRIA (1806/1888)

LA ASAMBLEA GENERAL CONSTITUYENTE DE 1813 SANCIONÓ UNA LEY, CUYO ARTÍCULO PRIMERO ORDENABA QUE TODO JEFE O COMANDANTE QUE DIRIGIESE UNA ACCIÓN DE GUERRA, DEBÍA REMITIR  AL ESTADO MAYOR GENERAL, UNA RELACIÓN DE LOS INDIVIDUOS QUE, “HABIÉNDOSE ENCONTRADO EN ELLA, HUBIESEN FALLECIDO O SE HUBIESEN DESTACADO POR SU VALOR EN EL MISMO ACTO O DE SUS RESULTAS, PARA QUE SIRVA DE RECUERDO A LA MEMORIA DE TAN DIGNOS CIUDADANOS QUE MURIERON O SE DESEMPEÑARON GLORIOSAMENTE, EN DEFENSA DE LA PATRIA”.

EN CUMPLIMIENTO DE LO EXPUESTO, Y PARA QUE NO SEAN OLVIDADOS AQUELLOS A QUIENES LES DEBEMOS NUESTRO PRESENTE, CONSIGNAREMOS EN ESTA SECCIÓN DEL ARCON DE LA HISTORIA, LOS NOMBRES DE AQUELLOS QUE DEBEN QUEDAR GRABADOS EN NUESTRA MEMORIA COMO “HEROES DE LA PATRIA”.

LAMENTABLEMENTE NO DISPONEMOS DE INFORMACIÓN SOBRE LOS NOMBRES DE OTROS SIMPLES SOLDADOS RASOS, SIN JERARQUÍA MILITAR, QUE TAMBIÉN, CUMPLIENDO CON SU DEBER PARA CON LA PATRIA, DEJARON SU VIDA EN LOS CAMPOS DE BATALLA O SE DISTINGUIERON POR SU VALOR..

ROGAMOS A QUIEN TENGA ALGUNA INFORMACIÓN SOBRE ESTOS HÉROES (HASTA HOY ANÓNIMOS), NOS LA HAGA LLEGAR PARA INCLUÍRLOS EN ESTE CUADRO DE HONOR.

Capitán del Escuadrón de Húsares Juan Martín de Pueyrredón (1º de Agosto de 1806).
Durante la acción de Perdriel, donde nuestras tropas lucharon contra una fuerza cinco veces superior y cuando ya los resultados del combate se inclinaban a favor de los ingleses, no dudó en cargar a la cabeza de 12 jinetes, sobre la artillería enemiga, matando a uno de los artilleros y apoderándose de un carro de municiones; pero muerto su caballo por una bala de cañón, no perdió su serenidad, logrando salvarse en ancas de uno de sus subalternos. Posteriormente, en la jornada de la Reconquista (12 de Agosto de 1806), a la cabeza del escuadrón a su mando avanzó al galope hasta el centro de la Plaza Mayor aun ocupada por la infantería inglesa, a la que arrebató una banderola.

Cabo del Regimiento de Patricios, Orencio Pío Rodríguez (5 de Julio de 1807).
Durante la defensa de Buenos Aires, una bala de cañón le fracturó una pierna. Acto continuo, sacó su cuchillo y procedió a cortar la parte de la pantorrilla que aun colgaba destrozada, al mismo tiempo que animaba a sus camaradas, diciéndoles: “No es nada mi herida, no es nada”. Lo que importa es defendernos y morir por la patria”.

Teniente del Escuadrón de Húsares, Ladislao Martínez (5 de Julio de 1807).
Durante la defensa de la ciudad de Buenos Aires), se apoderó de una casa inmediata al templo de San Miguel y con 28 honduras de su mando, obtuvo la rendición de los 95 infantes británicos que la ocupaban. El joven patriota contaba 14 años de edad.

Soldado del cuerpo de “Morenos”, Pablo Giménez (5 de Julio de 1807).
Durante la jornada de la defensa de Buenos Aires, salvó la vida a su hermano que herido y rodeado por tres enemigos, estaba por sucumbir. Giménez se lanzó en su ayuda matando de un bayonetazo a uno de los atacantes, hiriendo a otro y poniendo en fuga a tercero.

Soldado del cuerpo de “Morenos” conocido como “El Negro del Alto” (5 de Julio de 1807).
Durante la jornada de la defensa de Buenos Aires, salvó la vida al Teniente Coronel José Domingo Urien, traspasando con una pica a un soldado británico que estaba por clavarle su bayoneta en el pecho. El Negro del Alto rehusó luego toda recompensa, no obstante hallarse en la mayor pobreza, y hasta se negó a dar su nombre, insistiendo para que se quitara toda importancia al hecho que protagonizara.

Capitán del Regimiento de “Arribeños” (formado por contingentes cordobeses, puntanos, catamarqueños y tucumanos), Juan Bautista Bustos, (5 de Julio de 1807).
Durante la defensa de Buenos Aires, al mando de su compañía logró al cabo de un reñido combate, la rendición de una fuerza británica de 218 hombres.

Soldado Miguel Gallardo (7 de Noviembre de 1810)
En la acción de Suipacha, junto con su hermano Alejandro,  se apoderaron de una bandera enemiga, desafiando el intenso fuego enemigo al que fueron sometidos, para tratar de impedir que llevaran a cabo esta acción.

Soldado Alejandro Gallardo (7 de Noviembre de 1810)
En la acción de Suipacha, junto con su hermano Alejandro  se apoderaron de una bandera enemiga, desafiando el intenso fuego enemigo al que fueron sometidos, para tratar de impedir que llevaran a cabo esta acción.

Sargento del Regimiento 1 de Artillería, Pedro Raigada (9 de Marzo de 1811)
Durante el combate de Tacuarí, por su actitud decidida y enérgica se impuso en momento de pánico, a una fracción de la artillería patriota, de la cual tomó el mando, pues había quedado sin oficiales. Hizo funcionar con suma eficacia la única pieza disponible, impidiendo que una fuerte columna enemiga cruzara el río, lo que habría tenido consecuencias desastrosas para el pequeño ejército del General Belgrano, a la sazón empeñado o fondo en otro sector del campo de batalla.

Soldado Tambor del Regimiento de Granaderos de Fernando VII, Pedro Ríos (9 de Marzo de 1811).
Durante la acción de Tacuarí, al producirse el contraataque de las tropas de Belgrano sobre las posiciones enemigas, avanzó valientemente, bajo una lluvia de balas, tocando “A la carga” en su tambor, hasta que cayó, perforado su pecho por el fuego realista. El recordado “Tambor de Tacuarí”, tenía solamente 14 años cuando su nombre pasó a la inmortalidad.

Teniente del Regimiento de “Húsares de la Paz”, Bernardo Vélez (11 de Abril de 1811).
En una acción desarrollada en las inmediaciones del río Desaguadero (Alto Perú), que sucediera estando al mando de un destacamento compuesto por 12 de sus soldados, fue rodeado por 100 hombres entre infantes y jinetes de las fuerzas realistas. En tal circunstancia no solamente rechazó la intimación de rendirse, sino que abriéndose paso mediante una vigorosa carga, alcanzó a tomar posiciones con los suyos en el interior de la torre de una Iglesia, desde donde las carabinas de las Húsares, causaron tales estragos en las filas de los atacantes, que desmoralizados se vieron obligados a retirarse. Poco más tarde, el 20 de junio de ese mismo año murió heroicamente, cargando al frente de su Escuadrón; en la batalla de Huaqui. Muy grande debe haber sido el valor de sus proezas, ya que el Gobierno de la Primera Junta ordenó la entrega de una pensión especial a la madre y dispuso que el nombre de Bernardo Vélez, fuera grabado con letras de bronce en la Pirámide de Mayo, juntamente con el de otro héroe, el Comandante de Artillería, Felipe Pereyra de Lucena.

Teniente Coronel del Regimiento 2 de Artillería, Felipe Pereyra de Lucena (20 de Junio de 1811)
Como Comandante de la artillería patriota en la Batalla de Huaquí, murió heroicamente al pie de sus piezas, antes que dejarlas abandonadas.

Capitán del Batallón de Cazadores, Manuel Dorrego (12 de -Enero de 1812).
En la acción de Nazareno, imponiéndose al pánico de los demás, logró salvar una fuerza de caballeria patriota, de la crítica situación en que se hallaba, recibiendo una grave herida en esas circunstancias, por lo que quedó con la cabeza inclinada hacia un hombro por el resto de sus días a causa de la misma.

Capitán del Escuadrón de Caballería “Gualeguaychú”, Gregorio Samaniego (14 de enero de 1813).
Al frente de su Escuadrón  actuando en combinación con fuerzas al mando del capitán SANTOS LIMA, sorprendieron a las tropas realistas acantonadas en Montevideo, que a bordo de siete embarcaciones saqueaban las costas del río Uruguay. Luego de un primer intento de abordaje que fracasara, los soldados ANTONIO GOROSITO y MATÍAS GUZMÁN se lanzaron al agua y llegando a nado hasta una de esas naves, lograron sembrar el desconcierto, que fue aprovechado por SAMANIEGO y LIMA, para lograr dominarlas a todas y luego capturarlas.

Soldado del Regimiento de Granaderos a Caballo, Juan Bautista Baigorria (3 de Febrero de 1813)
En la batalla de San Lorenzo salvó la vida del futuro Libertador, General José de San Martín. Caído en tierra éste y aprisionado por su caballo, que había sido batido por la metralla, rápidamente fue rodeado por soldados realistas que trataban de ultimarlo. Apercibido de tal situación, Baigorria, rápidamente acudió al lugar y atravesó con su lanza al soldado que trataba de matar a su Jefe, dando tiempo así, para que el Sargento Juan Facundo Cabral, acudiendo en su ayuda, lograra desembarazar del impedimento que mantenía vulnerable al general San Martín, sin poder evitar ser herido de muerte en esas circunstancias.

Sargento del Regimiento de Granaderos a Caballo, Juan Bautista Cabral (3 de Febrero de 1813).
Durante la batalla de San Lorenzo, junto con el soldado Juan Bautista Baigorria, salvo la vida de su Jefe,  el Teniente Coronel San Martín, quien caído en el suelo apretado por su caballo, muerto, estaba expuesto a ser herido por soldados enemigos. Mientras Baigorria ponía fuera de combate a los agresores, Cabral logró desembarazar a su jefe del peso del caballo que lo aprisionaba y lo exponía indefenso, pero recibió dos heridas que fueron mortales, por lo que falleció poco después, siendo sus últimas palabras “¡Muero contento, hemos batido al enemigo!”.

Capitán del Regimiento de Granaderos a Caballo Justo Bermúdez (3 de Febrero de 1813).
En el combate de San Lorenzo, cargando a la cabeza de su escuadrón contra la infantería realista, recibió un balazo en la rótula que motivó la amputación de la pierna. Posteriormente, mientras yacía en su lecho de dolor, inculpándose a si mismo por un exceso de pundonor, de no haber hecho lo suficiente, durante el combate, para cortar totalmente del enemigo, no quiso sobrevivir a su herida y arrancándose el torniquete que inmovilizaba la parte lesionada, perdió la vida.

Alférez del Regimiento de Granaderos a Caballo Hipólito Bouchard (3 de Febrero de 1813).
En el combate de San Lorenzo  se apoderó de una banderola española, después de dar muerte en singular combate al abanderado que la llevaba..

Capitán del Estado Mayor del General Manuel Belgrano,  Apolinario Saravia (19 de Febrero de 1813).
En vísperas de la batalla de Salta, disfrazado de leñador y arreando una recua de burros cargados de leña, penetró en el interior de la ciudad, ocupada a la sazón por el ejército realista, regresando luego al campamento patriota, con datos de suma importancia acerca del enemigo. Posteriormente, se batió con valor en Vilcapugio (1º de Octubre de 1813) donde fue gravemente herido. Durante la “Guerra Gaucha” (1816-1817), fue uno de los más eficaces colaboradores del General Guemes, en su lucha contra los invasores realistas.

Comandante del Escuadrón de Caballería “Decididos de Salta”, Apolinario Figueroa (20 de Febrero de 1813).
Durante la batalla de Salta, al frente de algunos jinetes de la unidad de su mando, cargó contra el numeroso Estado Mayor que rodeaba al General Tristán, comandante del Ejército realista y empeñándose con él, en lucha singular, estuvo a punto de capturarlo.

Capitán del Escuadrón de Caballería “Decididos de Salta”, Mariano Benítez (20 de Febrero de 1813).
Durante la batalla de Salta, acompañando sólo por su asistente, acometió a un batallón realista, arrancando la bandera española de mano del alférez que la sostenía. A pesar de haber sido gravemente herido de un sablazo en la cabeza, logró regresar con el trofeo conquistado a las filas patriotas.

Comandante del Regimiento 8 de Infantería, Coronel  Benito Álvarez (1º de Octubre de 1813)
Murió heroicamente a la cabeza de su Regimiento, en la batalla de Vilcapugio

Mayor, 2º Jefe del Regimiento 8 de Infantería, Patricios Beldón (1º de Octubre de 1813)
Durante el combate de Vilcapugio, habiendo caído herido de muerte el comandante del regimiento se impuso al momentáneo desaliento que este suceso había provocado en la tropa y llevándolos nuevamente contra el enemigo, halló la muerte.

Cabo del Regimiento 8 de Infantería Salvador Vargas (1º de Octubre de 1813)
Durante la acción de Vilcapugio, vengó la muerte del Mayor Beldón, segundo Jefe de ese Cuerpo, atacando con fiereza a quienes lo habían matado, logrando eliminar a dos de ellos y poner en fuga a los otros tres.

Soldado del Regimiento “Dragones de la Patria”. Santiago Albarracín (madrugada del 25 de Octubre de 1813).
Junto con otros dos camaradas, fue protagonista de un famosos golpe de mano  a la posta de Tambo Nuevo, que tuvo por consecuencia, la captura de una fuerza española de avanzada, un efectivo 4 veces superior al de los atacantes, que condujeron prisioneros al campo patriota. Los tres valientes, fueron recompensados por el General Belgrano, con el glorioso título de “Sargentos de Tambo Nuevo”

Soldado del Regimiento “Dragones de la Patria”, Juan Benito Zalazary (madrugada del 25 de Octubre de 1813).
Junto con otros dos camaradas, fue protagonista de un famosos golpe de mano  a la posta de Tambo Nuevo, que tuvo por consecuencia, la captura de una fuerza española de avanzada, un efectivo 4 veces superior al de los atacantes, que condujeron prisioneros al campo patriota. Los tres valientes, fueron recompensados por el General Belgrano, con el glorioso título de “Sargentos de Tambo Nuevo”

Sargento del Regimiento “Dragones de la Patria”, Segundo José Mariano Gómez, (madrugada del 25 de Octubre de 1813).
Junto con otros dos camaradas, fue protagonista de un famosos golpe de mano  a la posta de Tambo Nuevo, que tuvo por consecuencia, la captura de una fuerza española de avanzada, un efectivo 4 veces superior al de los atacantes, que condujeron prisioneros al campo patriota. Los tres valientes, fueron recompensados por el General Belgrano, con el glorioso título de “Sargentos de Tambo Nuevo”

Capitán del Regimiento de “Dragones de la Patria”, José María Paz (14 de Noviembre de 1813).
Durante la retirada de Ayohuma, dándose cuenta de que un grupo de sus soldados, entre los que estaba su hermano Julián, se había detenido, en razón de que el caballo de uno de ellos había rodadose y se hallaban a punto de ser apresados por los jinetes realistas que los perseguían, no vacilo en volver para acudir en su ayuda, y desafiando los peligros consiguientes logró ponerlos a salvo.

Comandante del Regimiento de Lanceros de Cochabamba, Teniente Coronel  Cornelio Zelaya (14 de Noviembre de 1813).
Después de las derrotas de nuestras armas en la batalla de Ayohuma, a la cabeza, de un puñado de jinetes, dando muestras de un valor temerario, protegió la retirada de los restos del ejército patriota hacia Potosí, perdiendo en esta tarea, las tres cuartas partes de sus efectivos, y quedando él mismo herido de gravedad.

Soldado del Regimiento de “Dragones de la Patria”, Nicolás  Gaona (14 de Noviembre de 1813).
Durante la retírada de Ayohuma, juntamente, con otros camaradas de armas, realizó los mayores esfuerzos para evitar que su jefe, el Mayor Ramón Estomba, gravemente herido, cayera en manos de los realistas que los perseguían. Dándose cuenta de que éste, por faltarle las fuerzas para mantenerse a caballo, no podía seguir huyendo, decidieron no abandonarlo y desmontaron, quedándose junto al jefe herido, hasta que cayeron todos en manos de sus perseguidores, pagando luego con 8 años de cruel cautiverio en las casamatas de El Callao, tan abnegado comportamiento.

Soldado del Reg. “Dragones de la Patria” Hilario Alderete (14 de Noviembre de 1813).
Durante la retirada de Ayohuma juntamente con otro compañero realizó los mayores esfuerzos para evitar la captura por parte de los realistas perseguidores, del Ayudante Mayor Ramón Estomba, gravemente herido; pero, dándose cuenta de que éste, por faltarle la fuerza para mantenerse a caballo, no podía seguir la marcha, se sacrificaron generosamente por su Jefe antes de abandonarlo. Tan noble rasgo de altruismo significó para ambos, 8 años de penoso encierro en las casamatas del Callao.

Teniente Coronel del Regimiento de “Pardos y Morenos”, José Superí (14 de Noviembre de 1813)
Muerto heroicamente en combate, a la cabeza de su Regimiento, en la acción librada en Ayohuma.

Sargento 2º del Regimiento “Dragones de la Patria”, José María Gómez (29 de Diciembre de 1813)
Era uno de los tres protagonistas del glorioso episodio del Tambo Nuevo. Habiendo caído en poder de los españoles, a raiz de una celada  que éstos le tendieron en las cercanías de Humahuaca, rechazó altivamente la propuesta que se le hizo de ponerse al servicio de la causa realista, y sordo, tanto a los halagos como a las amenazas del enemigo, afrontó impávidamente la muerte, antes de ser perjuro a su juramente de lealtad a su Patria.

Coronel  Carlos Spano (4 de marzo de 1814)
Muere en combate tratando de impedir que los realistas tomen la localidad de “Talca”, durante las luchas por la Independencia.

Teniente del Regimiento 12 de Infantería Apolinario Echevarría (25 de Mayo de 1814).
En la acción de la Florida,  al cubrir generosamente con su cuerpo el de su Jefe, el Coronel Álvarez de Arenales, cayó atravesado por el proyectil destinado a éste.

Comandante del Regimiento 12 de Infantería, Coronel  José Antonio Ávarez de Arenales (25 de Mayo de 1814).
A la cabeza de una columna de las tres armas, de la que formaba parte el regimiento 12 de Infantería, infligió a los realistas la derrota de La Florida. En el transcurso del combate el Coronel Arenales se vio rodeado por varios adversarios que le intimaban rendición, contra los cuales luchó denodadamente, recibiendo 14 heridas de las cuales sanó milagrosamente.

Miliciano de los gauchos de Güemes, Vicente Maravilla (17 de junio de 1814).
Junto con otros dos milicianos, atacó y puso en fuga a una numerosa partida de soldados realistas que ponían en peligro el avance de los “Infernales” durante la Campaña del Alto Perú.

Miliciano de los gauchos de Güemes, Cosme Romano (17 de junio de 1814).
Junto con otros dos milicianos, atacó y puso en fuga a una numerosa partida de soldados realistas que ponían en peligro el avance de los “Infernales” durante la Campaña del Alto Perú.

Miliciano de los gauchos de Güemes, Inocencio Cardozo (17 de junio de 1814).
Junto con otros dos milicianos, atacó y puso en fuga a una numerosa partida de soldados realistas que ponían en peligro el avance de los “Infernales” durante la Campaña del Alto Perú.

Capitán del Regimiento de Granaderos a Caballo, Mariano Necochea (19 de Febrero de 1815)
En la acción de “El Tejar”, al mando de un reducido número de Granaderos a pie, parapetados en un corral de piedras, resistió can éxito el ataque que llevó una fuerza realista tres veces superior en número. Apercibiéndose de que no tardarían en ser derrotados, montó a caballo en pelo y al grito de “¡Síganmé, muchachos, se lanzó sable en mano sobre los realistas, quienes estupefactos por tanta audacia, no atinaron, a oponérsele. Fue así que partiendo de un sablazo, el cráneo de un valeroso soldado español que le salió al paso, logró evitar que fueran capturados él y los pocos soldados que todavía le quedaban vivos.

Cabo del Regimiento 9 de Infantería Miguel Ricardes (29 de Noviembre de 1815)
Durante la batalla de Sipe-Sípe puso en salvo la bandera del Regimiento que estaba por caer en poder del enemigo.

Soldado del Regimiento de Húsares, Gregorio Jaramillo (31 de Enero de 1816).
En el combate de Culpina, en el Alto Perú, salvó la vida de su Jefe, el Teniente Coronel Gregorio Aráoz de Lamadrid, cuyo caballo acababa de ser derribado por un tiro de metralla. Con la ayuda de otros dos compañeros, liberó de impedimentos a Lamadrid y subiéndolo en ancas de su caballo, logró ponerlo a salvo, cubierta su retirada por un intenso fuego de los realistas, que nada pudieron hacer para detener su huida.

Soldado del Regimiento de “Húsares”, José Santo Frías (31 de Enero de 1816).
En el combate de Culpina  en el Alto Perú, salvó la vida de su jefe, el Teniente Coronel Aráoz de Lamadrid, cuyo caballo acababa de ser derribado por un tiro de metralla. Prestamente acudió en ayuda de su compañero, el soldado Gregorio Jaramillo para liberar de impedimentos a Lamadrid, ayudándolo a subir al caballo de éste, para que se pusiera a salvo.

Soldado del Regimiento de “Húsares”, Juan Manzanares (31 de Enero de 1816)
En el combate de Culpina  en el Alto Perú, salvó la vida de su jefe, el Teniente Coronel Aráoz de Lamadrid, cuyo caballo acababa de ser derribado por un tiro de metralla. Prestamente acudió en ayuda de su compañero, el soldado Gregorio Jaramillo para liberar de impedimentos a Lamadrid, ayudándolo a subir al caballo de éste, para que se pusiera a salvo.

Soldado  del Segundo Escuadrón de Caballería  del Ejército Auxiliar del Perú, Nicasio Varela (15 de octubre de 1816)
Muerto en combate en la “sorpresa de Texada (Bolivia), durante la Tercera Campaña al Alto Perú. Por disposición del general JOSÉ RONDEAU “… Por la heroica bravura con la que rindió  gloriosamente su espíritu, continuará revistando en su Escuadrón, con la obligación de que al nombrársele, durante el pase de lista de cada mañana, el oficial de semana conteste “murió peleando heroicamente por la Patria y vive en la memoria de sus compatriotas”

Teniente Coronel del Regimiento “Dragones de la Patria”, Gregorio Aráoz de Lamadrid
Autor de innumerables hazañas individuales, dueño de un coraje que iba más allá de lo racional, impetuoso, noble en la victoria y verdadero ejemplo de austeridad. Fue quizás el hombre de la patria que más cicatrices llevaba en su cuerpo, producto de lanzazos, disparos con armas de fuego, sablazos y rodadas. Un carácter verdaderamente épico, cuya personalidad encarnó los rasgos más típicos del guerrillero criollo de antaño. Culminó su trayectoria como hombre de lucha, protagonizando numerosos encuentros con el enemigo en el Alto Perú, durante los años 1816 y1817, dejando para la posteridad el recuerdo de una vida llena de episodios que fueron, quizás, los más notables de la caballería americana.

Teniente Coronel del Regimiento 5 de Infantería, Ignacio Warnes (21 de Noviembre de 1816).
Después de arengar a los suyos; al grito de “¡Soldados: vencer o morir con gloria!”, y de realizar prodigios de valor en la acción del “Arroyo de Parí”, cayó destrozado por las múltiples heridas que recibiera en el campo de batalla. Los realistas, que le temían por su audacia y valor extraordinario, le apodaban “El Terrible”

Teniente Coronel del Regimiento de Granaderos a Caballo, Mariano Necochea (7 de Febrero de l8l7).
En el combate de “Las Coimas”, al mando de 110 hombres de su unidad, derrotó  a una fuerza realista de 700 soldados de las tres armas.

Teniente del Regimiento de Granaderos a Caballo, Isidro Suárez (23 de Febrero de 1817)
Al mando de 14 soldados de su unidad, en la rada del puerto de Valparaíso (Chile), tomó al abordaje el bergantín realista “Aguila”, tripulado por 89 hombres.

Sargento del Regimiento “Dragones de la Patria”, Santiago Bracamonte (15 de abril de 1817)
Habiendo caído prisionero de los españoles, durante la audaz toma de la Villa de Tarija, expedición emprendida por el entonces Teniénte Coronel Aráoz de Lamadrid al Alto Perú, he invitado a tomar servicio en las fijas realistas, se rehusó terminantemente a hacerlo, siendo por ello torturado repetidas veces, sin que el valiente Suboficial cejara un solo instante en su actitud, hasta que por un descuido de sus carceleros, logró evadirse y reincorporarse a los suyos.

Capitán del Regimiento 11 de Infantería, Nicolás Arriola (5 de Mayo de 1817).
Durante la acción del “Cerro del Gavilán”, al mando de la Compañía de Granaderos de dicha unidad, se lanzó al ataque, a la bayoneta, contra el enemigo, logrando arrebatarle dos cañones.

Comandante del Regimiento 11 de Infantería, Coronel Juan Gregorio de Las Heras (6 de Diciembre de 1817).
En el ataque que fuerzas patriotas llevaran contra el campo atrincherado de Talcahuano, a la cabeza de una columna que formaba parte de la unidad a su mando, le fue impuesta la difícil misión de expugnar el formidable reducto del Morro. Detenido en su avance por el intenso fuego concentrado de 70 cañones enemigos, se mantuvo con los suyos en dicha posición, hasta que recibió la orden de evacuarla, lo que cumplió poniendo en salvo a sus heridos, clavando las piezas que se habían apoderado, llevándose a los prisioneros tomados en la jornada y batiendo marcha.

Capitán del Regimiento 11 de Infantería Bernardo Videla (6 de Diciembre de 1817).
En el ataque a la Fortaleza de Talcahuano, fue el primero en escalar, bajo una lluvia de proyectiles, una muralla natural de 7 metros que cubría uno de los flancos del formidable reducto del Morro, perdiendo la vida, mientras incitaba a los suyos a seguirle.

Comandante del Primer Batallón de Infantería “Los Andes”, Coronel Rudecindo Alvarado (19 de Marzo de 1818).
En la trágica noche de Cancha Rayada mantuvo con terca energía la cohesión orgánica de su unidad, salvándola de la catástrofe general, guiándola con tanto acierto como serenidad, a través de un enemigo victorioso que tenazmente lo perseguía, a través de los obstáculos de un terreno totalmente desconocido.

Cabo del Batallón 7 de Infantería Martín Peñaloza (5 de Abril de 1818)
En la batalla de Maipú, acción de Maipú  derribó de un culatazo a un gigantesco sargento realista que estaba por dar muerte al Teniente Coronel Pedro Conde, Jefe de la unidad.

Soldado del Batallón 8 de Infantería Anónimo, pero el también conocido bajo del apodo de “Falucho” como su camarada del Callao (5 de Abril de 1818)
En la batalla de Maipú, desafiando el nutrido fuego enemigo que se le dirigía, se apoderó de una bandera del enemigo realista.

Teniente del Batallón “Cívicos de San Juan”, Bernardo Navarro (9 de Enero de 1820)
Durante la sublevación de algunos integrantes del Batallón Uno “Los Andes”, que se produjo en la provincia de San Juan el 9 de enero de 1820, los amotinados le exigieron la entrega del cuartel, pero el teniente Navarro, en ese momento, Jefe de la Guardia de Prevención, se negó a ello, oponiendo seria resistencia con la reducida fuerza de leales, con la que disponía, hasta que cayó muerto, acribillado de heridas.

Teniente del Regimiento de Infernales, Pastor Padilla (21 de Junio de 1820.
Durante una acción que enfrentó a los famosos “Gauchos de Güemes con fuerzas realistas que invadían por el norte del país, que tuvo lugar en los alrededores de la ciudad de Salta, habiendo caído a tierra por una rodada del caballo que montaba, rápidamente se puso de pie y sable en mano, enfrentó a los numerosos soldados realistas que prontamente lo rodearon empeñados en capturarlo. Advirtiendo que estaba gravemente herido, el jefe enemigo le intimó la rendición, bajo promesa de que se le perdonaría la vida, a lo que Padilla contestó que prefería la muerte a la rendición y serenamente recibió el sablazo que puso término a su vida.

Teniente del Regimiento de Granaderos a Caballo, Juan Pascual Pringles (24 de Noviembre de 1820).
Estacionado en los alrededores de la Caleta de Chancay, al Norte de la ciudad de Lima (Perú), con la doble misión de enlace y de vigilancia, no rehuyó el enfrentamiento con fuerzas enemigas diez veces superiores y al verse casi totalmente rodeado, se arrojó al mar, seguido por los cuatro únicos sobrevivientes de su pequeño destacamento, resueltos a parecer todos ahogados, antes de rendirse. Sorprendido y admirado por tamaña muestra valor, el jefe realista ordenó que se los salvara de las aguas y les concedió un honroso armisticio.

Soldado del Regimiento 11 de Infantería, José Naranjo (6 de Diciembre de 1820)
En la batalla del “Cerro de Pasco”, con la ayuda de otro soldado, cuyo nombre no quedó registrado, se apoderó de una bandera española recibiendo en la refriega una grave herida.

Soldado del Regimiento 11 de Infantería, Fidel Escaño (6 de Diciembre de 1820).
En la batalla del “Cerro de Pasco” junto con otro soldado logró arrebatarle una bandera al enemigo.

General Martín Miguel de Güemes (17 de junio de 1821).
Muerto a raíz de las heridas sufridas durante el combate que se libró en la ciudad de Salta el 17 de junio de 1821, tratando de impedir la toma de esa ciudad por parte de los realistas

General José Bruno Morón (8 de julio de 1821).
Muere en combate, vencido en el combate de “Barranquitas” por el miliciano chileno JOSÉ MIGUEL CARRERA.

Teniente Coronel del Regimiento de Granaderos a Caballo, Juan Galo de Lavalle (21 de Abril de 1822).
En la acción de Río Bamba. al mando de 96 hombres de su unidad, arrolló completamente a una fuerza enemiga de 500 jinetes.

Comandante del Segundo Batallón de Infantería del Perú, Coronel Félix de Olazábal (24 de Mayo de 1822).
Al mando de su unidad, vanguardia del Ejército (argentinos, colombianos, peruanos) del general Sucre, influyó poderosamente sobre la suerte de la batalla de Pichincha, defendiendo con tenaz empeño, contra fuerzas que triplicaban las suyas en número, la cresta de una altura, cuya ocupación preventiva por los realistas, habría tenido consecuencias funestas para los planes de los patriotas.

Teniente Coronel del Regimiento de Granaderos a Caballo, Juan Galo de Lavalle (21 de Enero de 1823)
En la acción de Moqueguá, al mando de una fracción de su unidad, no solamente logró impedir mediante una serie de vigorosas cargas, que los realistas victoriosos consumasen la derrota total del ejército patriota (argentinos, peruanos y chilenos), sino que permitió a éste efectuar su retirada; hacia el puerto de Ilo donde embarcó en los transportes allí fondeados.

Soldado del Regimiento de Infantería  “Río de la Plata, Antonio Ruiz, apodado el “Negro Falucho” (7 de Febrero de 1824).
En circunstancias de la sublevación de efectivos del Ejército de los Andes en las Fortalezas del Callao y de su entrega a los realistas, el soldado Ruíz se encontraba de centinela al pie del asta donde los amotinados se disponían a izar nuevamente la bandera española, exigiéndole que le rindiera honores, éste valiente se rehusó terminantemente a presentar armas a un pabellón contra el que combatía desde 14 años atrás, y sin doblegarse ante las amenazas de los sublevados, prefirió la muerte antes que proceder contrariamente a sus patrióticas convicciones.

Teniente del Regimiento de “Dragones de la Patria”, Domingo Millán (19 de Marzo de 1824)
Durante a marcha  de una columna de Jefes y Oficiales patriotas prisioneros de guerra conducidos desde el Callao a la región de la Sierra, junto con el Teniente Juan Antonio Prudán, favoreció la evasión de dos compañeros de infortunio. Cuando el Jefe de la escolta realista fue en busca de víctimas expiatorias ordenó que los cautivos fueran, sorteados para proceder a su fusilamiento (ver El Sorteo de Matucana), no trepidó en denunciarse a si mismo como el autor de la fuga de sus camaradas. Cayó bajo las balas, del piquete de ejecución, al grito de: “¡Viva Buenos Aires!l’.

Teniente del Batallón Cazadores Juan Antonio Prudan (19 de Marzo de 1824).
Durante la marcha  de una columna de Jefes y Oficiales patriotas, prisioneros de guerra, conducidos desde el Callao a la región de la Sierra, junto con el Teniente Domingo Millán, favoreció la evasión de dos compañeros de infortunio. Cuando el jefe de la escolta realista, en busca de victimas expiatorias, ordenó que los cautivos fueran sorteados, para proceder a su fusilamiento (ver  El Sorteo de Matucana), no trepidó en denunciarse a si mismo corno el promotor de la fuga de sus camaradas. Cayó bajo las balas del piquete de ejecución, al grito de: “¡Viva Buenos Aires!”.

Comandante de la Caballería patriota,  General Mariano Necochea (6 de Agosto de 1824).
En la batalla de Junín, cargando a la cabeza de la caballería patriota (Cuerpo que integrado por efectivos argentinos, colombianos y peruanos, formaba parte del Ejército que actuaba al mando de Simón Bolivar, en el Alto Perú), recibió siete graves heridas de lanza, durante el sangriento entrevero que los enfrentó con la caballería adversaria.

Comandante del Regimiento Peruano “Húsares de la Guardia”, Mayor Isidro Suárez (6 de Agosto de 1824).
En la acción de Junín, cuando la derrota del Ejército patriota, al mando de Bolívar, parecía inevitable se lanzó a la carga, a la cabeza de su unidad — que por su iniciativa habla ocupado una acertada ubicación en el campo de batalla — contra el flanco derecho y a retaguardia de la envalentonada caballería realista, trocando la acción en una victoria decisiva para las armas patriotas.

Teniente del Regimiento 1 de Caballería, Joaquín Lavalle (20 de Febrero de 1827).
Durante la guerra con Brasil, en la batalla de Ituzaingó, actuando como ayudante del Coronel Brandzen, cayó heroicamente al lado de su Jefe, durante la carga de dicha unidad contra la infantería brasileña.

Capitán del Regimiento 1 de Artillería Ligera, José María Pirán (20 de Febrero de 1827).
Durante la guerra con Brasil, en la batalla de Ituzaingó  tuvo destacada actuación como comandante de la batería, siendo citado en la Orden General del Ejército, por el valor demostrado en combate..

Capitán del Regimiento 1 de Artillería ligera, Martiniano Chilavert (20 de Febrero de 1827).
Durante la guerra con Brasil, en la batalla de Ituzaingó  tuvo destacada actuación como comandante de la batería, siendo citado en la Orden General del Ejército, por el valor demostrado en combate.

Comandante del Regimiento 1 de Caballería, Coronel  José De Olavarría (20 de Febrero de 1827).
Durante la guerra con Brasil, en la batalla de Ituzaingó  cargó heroicamente a la cabeza de su unidad derrotando totalmente a la caballería brasileña que se le oponía y apoderándose de varias piezas de la artillería imperial.

Comandante del Batallón 5 de Cazadores (hoy en día, Regimiento 5 de Infantería, Coronel Félix de Olazábal (20 de Febrero de 1827).
Durante la guerra con Brasil, en la batalla de Ituzaingó  al frente de su unidad, apoyada por una batería, resistió tenazmente, en una posición avanzada,  el vigoroso ataque que le llevó una parte considerable del ejército brasileño. Tal acción influyó en forma quizá decisiva sobre la suerte de la jornada, pues facilitó al grueso del Ejército de Alvear, el tiempo y espacio necesario para el despliegue.

Comandante del Regimiento 1 de Caballería, Coronel Federico Brandzen (20 de Febrero de 1827).
Durante la guerra con Brasil, en la batalla de Ituzaingó, cayó heroicamente, cargando a la cabeza de su unidad contra la infantería brasileña.

Segundo Jefe del Regimiento  2 de Caballería, Teniente Coronel Manuel Besares (20 de Febrero de 1827).
Durante la guerra con Brasil, en la batalla de Ituzaingó, cayó heroicamente, a la cabeza de su regimiento.

Capitán del Regimiento 1 de Artillería Ligera, Juan Arengreen (20 de Febrero de 1827).
Durante la guerra con Brasil, en la batalla de Ituzaingó  se distinguió de un modo singular, como comandante de batería siendo citado en la Orden General del Ejército, por el valor demostrado en combate.

Comandante del Regimiento 4 de Caballería (“Colorados de Vilela”), Coronel Juan Galo de Lavalle (20 de Febrero de 1827).
Durante la guerra con Brasil, en la batalla de Ituzaingó, a la cabeza de sus escuadrones, arrolló a una fuerte fracción de caballería brasileña que, contando con su superioridad numérica, trataba de envolver el flanco izquierdo de la línea republicana. La acción desarrollada por el Coronel Lavalle influyó decisivamente en la obtención del triunfo de las armas republicanas.

Subteniente del Regimiento 3 de Infantería,  Sebastián Olivera (7 de Mayo de 1827).
En la defensa de la guarnición de Carmen de Patagones, que  atacada por una fuerte columna de tropas brasileña, contribuyó decisivamente a la rendición de los atacantes.

Oficial baqueano de las Milicias del Sur José Luis Molina (7 de Mayo de 1827).
En la defensa de la guarnición de Carmen de Patagones, que fuera atacada por  una poderosa expedición brasileña, contribuyó en forma decisiva al aniquilamiento de los atacantes, formando con la ayuda de 22 milicianos, un anillo de fuego que rodeó a los atacantes, obligándolos a la rendición.

Sargento del Regimiento 5 de Caballería, José Mallorca (6 de Enero de 1832).
En la acción de Pulmarí, producida la heroica muerte del Capitán Crouzeilles y del Teniente Lezcano, se hizo cargo de la pequeña fuerza sobreviviente, y logró prolongar la resistencia, hasta la caída de la noche, bajo cuya protección, y también debido al desaliento producido en los indígenas, por las considerables bajas sufridas durante el combate, pudo regresar al campamento, llevándose los cadáveres de los bravos camaradas que habían sucumbido.

Teniente Coronel de Infantería Martiniano Rodríguez (25 de Agosto de 1837).
Comandando el “Fuerte Argentino”, contando con una guarnición de 150 hombres, de los cuales un gran porcentaje era de soldados reclutas; teniendo en el mismo recinto, a gran número de mujeres y niños, estando escaso de municiones y víveres,  con malas condiciones para la defensa e imposibilitado de comunicarse con el exterior para pedir el apoyo de otras fuerzas, fue atacado por 1600 indios araucanos. Lejos de atemorizarse, organizó hábilmente la defensa, empleando todos los recursos a su disposición y haciendo gala de un valor temerario, luego de resistir tres ataques de los indígenas, salió a “descubierta”, obligando la huída de los atacantes, que desconcertados por tamaña audacia, se retiraron desordenadamente hacia el desierto.

Teniente Coronel de Infantería, Jerónimo Costa (11 de Octubre de 1838).
A la cabeza de un puñado de hombres, y hasta quemar el último cartucho, defendió heroicamente la Isla Martín García, contra el ataque combinado de fuerzas terrestres y marítimas, adversarias, que contaban con efectivos enormemente superiores.

Subteniente del Regimiento 1 de Artillería Ligera, José Molina (11 de Octubre de 1838).
Al lado del Mayor Thorne, su Jefe directo, se comportó heroicamente, durante la defensa de la Isla de Martín García,  resistiendo el ataque de una fuerza franco-oriental que contaba con efectivos enormemente superiores.

Mayor del Regimiento 1 de Artillería ligera, Juan Bautista Thorne (11 de octubre de 1838).
Al mando de una fuerza de artillería de escaso poder de fuego, por lo reducido de su número y el tamaño de su calibre, contrabatió con heroicamente y hasta agotar las municiones, el mortífero fuego de la poderosa escuadra franco-oriental, durante la defensa de la Isla Martín García

General Lucio Norberto Mansilla (20 de noviembre de 1845)
Dirigió con tanta firmeza como habilidad, la defensa de la posición de la Vuelta de Obligado, cuando una poderosa flota anglo-francesa intentó remontar el río Paraná, desconociendo los derechos soberanos de la Argentina sobre esa vía fluvial. Doblegadas las baterías patriotas por la poderosa artillería de las naves invasoras, la infantería adversaria inició el desembarco a tierra y el General Mansilla, a pesar de estar herido en el estómago por un tiro de metralla, se lanzó al contraataque, a la cabeza de una pequeña reserva de que aún disponía.

Comandante del Batallón de Patricios, Coronel Ramón Rodríguez (20 de Noviembre de 1845).
En el combate de la Vuelta de Obligado, al mando de su unidad protegió eficazmente mediante una serie de vigorosos contraataques, la retirada de los defensores de la posición, que habían sido desplazados por la infantería invasora..

Teniente Coronel del Regimiento 1 de Artillería Liviana, Juan Bautista Thorne (20 de noviembre de 1845).
En el combate de “La vuelta de Obligado”, al mando de la artillería patriota, se batió heroicamente durante 8 horas, soportando el terrible fuego de la poderosa escuadra anglo-francesa, que con su fuego, desmanteló casi todos los cañones de las baterías argentinas y aniquiló las ¾ partes de los artilleros. El comandante Thorne cayó gravemente herido en los últimos momentos de tan desigual combate.

Teniente Coronel Juan Bautista Thorme (4 de junio de 1846).
En en combate naval e Punta del Quebracho  repitiendo contra la poderosa escuadra anglo-francesa, la misma hazaña de que había sido autor en el combate de la Vuelta de Obligado volvió a caer gravemente herido.

Subteniente del Regimiento 3 de Infantería, Agustín Grela (15 de abril de 1865).
Durante la toma de la ciudad de Corrientes por los paraguayos, apenas comenzando la guerra con el Paraguay, recibió dos balazos que le destrozaron parte de la cara; pero, a pesar de su herida, se mantuvo incólume y sólo se retiro del combate cuando la enorme pérdida de sangre le obligó a ello.

Sargento de la Legión Militar, Luis Boisnard, nacido en Marsella, Francia (25 de mayo de 1865)
Durante la guerra con Paraguay, durante las operaciones  que encabezara el general Paunero, para recuperar la ciudad de Corrientes, había sido tomada por los paraguayos, , salvó la vida del Jefe de su Regimiento, cuando, gravemente herido, estaba por ser ultimado.

Comandante de la Legión Militar, Teniente Coronel Juan Bautista Charlone, nacido en Piamonte, Italia (25 de mayo de 1865).
Durante la guerra con Paraguay,  en una acción librada en la ciudad de Corrientes, cuando ésta fue invadida por tropas paraguayas, defendió heroicamente a sablazos su posición, hasta que fue herido de gravedad.

Jefe del Batallón San Nicolás, Capitán Juan José Olleros (17 de Agosto de 1865).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Yatay, muerto su caballo y habiendo quedado por eso, desmontado,  se lanzó decididamente sobre un oficial de la caballería enemiga que se aprestaba a lancear a uno de sus soldados, pero resultó muerto de un lanzazo propinado por el paraguayo.

Coronel José Segundo Roca (8 de marzo de 1866)
Durante la guerra con Paraguay, muere en el campamento de “Las Ensenaditas”, cerca de Paso de la Patria, a raíz de las heridas recibidas en la batalla de Paso de la Patria (21 de enero de 1866), donde su valor fue decisivo para el triunfo que lograra el general Hornos, sobre las tropas paraguayas.

Sargento del Regimiento 1 de Caballería, José Leyra (24 de Mayo de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Tuyutí, luchando con varios jinetes paraguayos, recibió catorce heridas, siendo dejado por muerto, sobre el campo de batalla, pero fue rescatado luego por sus camaradas.

Teniente del Regimiento 3 de Infantería, Antonio Beruti  (24 de Mayo de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Tuyutí, cayó heroicamente, luchando cuerpo a cuerpo con el enemigo.

Capitán del Regimiento 1 de Caballería, Damián Berón (24 de Mayo de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Tuyutí, rodeado por numerosos jinetes paraguayos, que no le dieron ni el tiempo necesario para echar mano al sable, con heroica serenidad y destreza supo defenderse con el rebenque, parando los lanzazos enemigos, hasta que pudo zafarse de tan crítica situación, por el auxilio que le llegó oportunamente.

Capitán del Regimiento 1 de Caballería, nacido en Alemania Guillermo Kleine (24 de Mayo de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Tuyuti, atacado durante el entrevero, por un capitán paraguayo, y no pudiendo hacer uso de la lanza, lo derribó con un puntazo del regatón y en seguida, embistiendo a otro jinete enemigo que acudía en ayuda de su superior, le hizo sufrir la misma suerte. Por último, completó esta doble hazaña salvando la vida del soldado Villegas, de su escuadrón, a punto de ser muerto por un adversario.

Segundo Jefe  del Regimiento 3 de Infantería, Teniente Coronel Lindolfo Pagola (24 de mayo de 1866)
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Tuyutí, cayó heroicamente; luchando cuerpo a cuerpo con el enemigo.

Capitán del Regimiento 1 de Caballería, Damián Berón (24 de Mayo de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Tuyutí, rodeado por numerosos jinetes paraguayos, que no le dieron ni el tiempo necesario para echar mano al sable, con heroica serenidad y destreza supo defenderse con el rebenque, parando los lanzazos enemigos, hasta que pudo zafarse de tan crítica situación, por el auxilio que le llegó oportunamente.

Capitán del Regimiento 3 de Caballería, Saturnino Undabarrena (24 de Mayo de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Tuyutí, con la cooperación de otro oficial y de algunos soldados, logró salvar el estandarte de la unidad, con el cual había quedado envuelto el cuerpo del alférez Sellanes, muerto por el enemigo, que intentaba quedarse con él.

Teniente del Regimiento 3 de Infantería, Carmelo Astrada  (24 de Mayo de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Tuyuti cayó heroicamente, luchando cuerpo a cuerpo con el enemigo.

Capitán del Regimiento 5 de Infantería, Rafael Bosch (24 de Mayo de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Tuyutí, estando gravemente  herido logró salvar la bandera de su unidad, que estaba por caer en manos del enemigo.

Cabo del Regimiento 1 de Caballería Nicanor  González  (11 de julio de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Yatayti-Corá, en lucha cuerpo a cuerpo, dió muerte al abanderado de un regimiento de caballería paraguaya, quitándole el estandarte.

Segundo Jefe del Regimiento Primero de Línea de Infantería, Mayor Fernando Echegaray (11-12 de Julio de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Yatayti-Corá,  habiendo caído un cohete en inmediaciones del abanderado del Regimiento, Pascual Uriarte, que se hallaba en el interior del cuadro formado por la unidad, contra la inminente carga de la caballería enemiga, , no dudó y mientras con una mano le daba un empujón  para alejarlo del lugar del peligro, aprisionó con la otra, la vara del proyectil tratando de lanzarlo lejos hacia el exterior, pero el artefacto le explotó en la mano y lo mató..

Teniente del Regimiento 1 de Infantería, Miguel Beresciarte (11 de Julio de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Yatayti-Corá,  agonizando en el suelo, con el pecho atravesado por un cohete paraguayo, se yergue en un supremo esfuerzo y grita: “¡Viva el 1º de Línea”!

Capitán del Regimiento 1 de Infantería, Adolfo Morel (12 de julio de 1866)
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Yatayti-Corá,  herido de gravedad, se impuso al sufrimiento y siguió alentando a los soldados de su compañía que formaban una de las caras del cuadro, blanco en ese momento, de las cargas de la caballería paraguaya.

Soldado del Regimiento 2 de Infantería, Nicolás Acosta (18 de Julio de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate del Boquerón, habiéndole un oficial paraguayo intimado rendición, le contestó con una frase pintoresca harto insultante, y luego trenzándose con él en singular combate, le dio muerte, llevándose como trofeo, la espada del caído.

Subteniente del Regimiento 2 de Infantería, Francisco B. Bosch (18 de Julio de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate del Boquerón, habiendo caído el Capitán-comandante de la unidad, no vaciló en ponerse a la cabeza de la misma, cuando su tropa se encontraba bajo el eficaz fuego de infantería y artillería enemiga.

Subteniente del Batallón 3 de la Guardia Nacional de Buenos Aires, Mateo Martínez (18 de julio de 1866)
Durante la guerra con Paraguay, en el combate del Boquerón, habiendo llegado con la bandera de su Regimiento hasta las trincheras enemigas, se aprestaba a clavarla allí, para indicar la victoria lograda, cuando cayó muerto por los disparos de quienes huían.

Subteniente del Regimiento 2 de Infantería, Francisco B. Bosch (18 de Julio de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate del Boquerón  aproximándose bajo el fuego enemigo al sitio donde se encontraba el abanderado Dantas, logró rescatar, juntamente con el Capitán Teodoro García la enseña de la patria.

Capitán del Regimiento 2 de Infantería, Teodoro García (18 de Julio de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate del Boquerón aproximándose bajo el fuego enemigo al sitio donde se encontraba el abanderado Dantas, logró rescatar, juntamente con el Subteniente Francisco B. Bosch la enseña de la patria.

Capitán del Regimiento 2 de Infantería, Miguel E. Molina (18 de Julio de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate del Boquerón, una granada paraguaya de 68, levantó una mole de tierra que, dando contra su cuerpo lo lanzó maltrecho a alguna distancia, pero cuando todos lo creían muerto, se puso de pie, y burlándose con frases sarcásticas del enemigo, volvió con estoica indiferencia, a asumir el mando de su compañía, llevándola al ataque.

Subteniente del Batallón 3 de la Guardia Nacional de Buenos Aires, Miguel Massini (18 de Julio de 1866)
Durante la guerra con Paraguay, en el combate del Boquerón, habiéndole pedido el comandante del cuerpo, la momentánea entrega de la bandera que llevaba, estando próximo el ataque a la trinchera paraguaya, el joven oficial contestó con vehemencia: “lré donde vaya la bandera y mi mayor gloria será mancharla con mi sangre”. ¿Dónde quiere que la clave?. Mientras estaba en eso, fue herido nuevamente y esta vez de muerte.

Subteniente abanderado del Regimiento 2 de Infantería, Julio Dantas (18 de Julio de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate del Boquerón, el trepar la trinchera enemiga para clavar en su terraplén, la bandera de la unidad, cayó derribado por una bala que le hizo pedazos una mandíbula, pero no soltó la sagrada enseña, hasta que uno de sus camaradas la tomó de su mano.

Comandante del Batallón de Infantería “San Juan”, Mayor Rómulo Giufa (o Giuffra)

Capitán del Batallón de Infantería “San Juan”, Lisandro (o Leandro)  Sánchez (18 de Julio de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate del Boquerón, fue el primero de su unidad en escalar la tan disputada trinchera, cayendo gravemente herido, pero sin dejar de alentar a la lucha a sus soldados.

Soldado del Batallón de Infantería “San Juan”, Ignacio Acuña (18 de Julio de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate del Boquerón, salvó al jefe de su unidad, que herido gravemente estaba por caer en manos del enemigo.

Soldado del Batallón de Infantería “San Juan”, Santiago Esquivel (18 de Julio de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate del Boquerón, habiendo seguido de inmediato a su capitán (Lisandro Sánchez), que fue el primero de su unidad en escalar la disputada trinchera paraguaya, vengó la muerte de su jefe, traspasando de un bayonetazo a su matador.

Teniente del Regimiento 2 de Infantería, Washington Lemos (18 de Julio de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate del Boquerón, herido de muerte por un casco de metralla que le destrozó las dos piernas, antes de morir desangrado exclamó “¡No importa que yo muera si la victoria es nuestra”!

Sargento del Primer Batallón de Infantería “Mendoza”, Pedro Coria (18 de Julio de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate del Boquerón, tomó la bandera de su unidad, de las manos del abanderado que acababa de ser muerto, y la hizo flamear, al mismo tiempo que incitaba a la suyos a avanzar hacia la trinchera paraguaya.

Sargento del Batallón 2 de Infantería “Entre Ríos”, Máximo Eguren (18 de Julio de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate del Boquerón, habiendo caído el abanderado, tomó la bandera de las manos del moribundo, y levantándola en alto, escaló la trinchera paraguaya, gritando a sus camaradas: “¡Síganme, si son hombres!”

Comandante de la Cuarta División de Ejército, Coronel Luis María Agüero (18 de Julio de 1866)
Durante la guerra con Paraguay, en el combate del Boquerón, cayó gloriosamente, al frente de sus tropas, animándolos con su ejemplo a lanzarse al ataque de las trincheras paraguayas.

Soldado del Regimiento 2 de Infantería Enrique Flores (18 de Julio de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate del Boquerón, cuando ya se había iniciado la retirada general de las tropas argentinas, dándose cuenta de que el abanderado del Regimiento, el subteniente Dantas, gravemente herido durante el combate, había sido dejado por muerto, en las inmediaciones de la trinchera enemiga, presintiendo que éste se hallaba aún con vida, retrocedió en busca del cuerpo del joven oficial y echándoselo a la espalda,  trató de alejarse del lugar bajo el fuego enemigo. Cuando ya parecía que la suerte lo abandonaba, cayendo abatido abrazado a su salvado, una orden del jefe paraguayo, silenció los fusiles y se oyó un perentorio ¡ “No maten a ese patas blancas”, y el soldado Flores pudo regresar sano y salvo a sus propias líneas.

Comandante del Primer Batallón del Regimiento de Infantería “Córdoba”, Capitán Pedro Sosa (18 de Julio de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate del Boquerón fue el primero de su unidad en saltar al terraplén de la trinchera paraguaya, cayendo herido de muerte.

Comandante del Batallón de Infantería “Mendoza”, Mayor nacido en Possen (Prusia Polonesa) Teófilo R. Ivanowsky (18 de Julio de 1866)
Durante la guerra con Paraguay, en el combate del Boquerón, a pesar de tener una mano horrorosamente mutilada por una herida que acababa de sufrir, se mantuvo a la cabeza de su unidad, haciendo gala de un valor temerario, durante los sucesivos ataques llevados a las trincheras paraguayas.

Soldado del Regimiento 1 de Infantería, Nicanor Carranza (22 de septiembre de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Curupaytí, habiendo caído el abanderado de la unidad gravemente herido, le quitó la bandera, y con la autorización concedida por su jefe, el Coronel Rossettti, continuó en el ataque, haciéndola flamear orgullosamente.

 Comandante del Regimiento 6 de Infantería, Teniente Coronel, Luis María Campos (22 de Septiembre de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Curupaytí, estando herido en un pie y muerta su cabalgadura por un casco de metralla, continuó a la cabeza de su unidad, en ese momento, blanco del fuego mortífero de los defensores de las trincheras paraguayas.

Comandante del Regimiento 1 de Infantería, Teniente Coronel Manuel Rossetti (22 de Septiembre de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Curupaytí, mortalmente herido, mientras marchaba a la cabeza de su unidad, llevándola al ataque de las trincheras enemigas, contestó a sus oficiales que le rogaban que se dejase trasladar al hospital de sangre: “No es nada”, y luego levantando la espada que aún tenía empuñada, lanzó su último grito, antes de morir “¡Adelante, el 1º de Línea”!.

Comandante de la Legión Militar, Teniente Coronel Juan Bautista Charlone, nacido en Piamonte, Italia (25 de mayo de 1865).
Durante la guerra con Paraguay, murió en el combate de Curupaytí, mientras a la cabeza de su unidad, llevaba un ataque a las posiciones paraguayas.

Segundo Jefe del Batallón 3 de la Guardia Nacional de Entre Ríos, Mayor Lucio Salvadores  (22 de Septiembre de 1866)
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Curupaytí, cayó gloriosamente al frente de su unidad, mientras la llevaba al ataque de las trincheras enemigas.

Teniente Primero de la Legión Militar (en la actualidad Regimiento 8 de Infantería), Francisco M. Paz (22 de Septiembre de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Curupaytí, murió al pie de las trincheras paraguayas, al grito de: ¡Adelante!, ¡que el toque es de carga!.

Teniente del Batallón San Nicolás Cándido López (22 de Septiembre de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Curupayti le fue volado un brazo, pero sobreponiéndose al dolor de la herida, continuó junto a los suyos animándolos para que siguiesen avanzando hacia las trincheras paraguayas.

Teniente de la Legión Militar, nacido en Piamonte (Italia), Daniel Cerri (22 de Septiembre de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Curupayti, apenas curado de una grave herida recibida en la batalla de Yatay (17 de Agosto de 1865) habiéndose enterado, durante la retirada, de que su camarada el mayor Guerrino Greni, de dicha unidad, había quedado herido de un casco de metralla en las inmediaciones de las trincheras paraguayas, retrocedió en su busca con el acompañamiento de su asistente y otro soldado, logrando salvarle de la muerte y de la desgracia de caer vivo en manos del adversario.

Comandante del Regimiento 3 de Infantería, Coronel Alejandro Díaz (22 de Septiembre de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Curupaytí, habiendo avanzado a la cabeza de su unidad hasta 10 metros del foso que precedía a las trincheras paraguayas, se paró sobre un tronco de árbol y mientras le decía al abanderado del Regimiento Pablo Belisle: “Suba, cadete, que la bandera del 3 de línea sea la primera que flamee”; cayó acribillado a balazos. Próximo a espirar, encarándose con el abanderado Belisle, le dijo: “Que el 3 no sea el último en escalar las trincheras. Adelante, muchachos.

Teniente del Regimiento 4 de Infantería Martín Viñales (22 de Septiembre de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Curupaytí  a quien le preguntaba por sus heridas viendo que chorreaba sangre, contestó: “No es nada, un brazo menos. La patria merece más”.

Subteniente del Batallón “Santa Fe”, Mariano Grandoli (22 de Septiembre de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Curupaytí, durante más de una hora, bajo un nutrido fuego enemigo, sostuvo a pie firme, el pabellón desplegado sobre el mismo foso de las trincheras, cayendo luego acribillado por múltiples heridas de bala.

Sargento de la Legión Militar (en la actualidad, Regimiento 8 de Infantería Enrique Etcharte (22 de Septiembre de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Curupaytí, bajo una lluvia de balas, cargo a su Jefe, mortalmente herido y lo puso a salvo, detrás de sus propias líneas.

Cadete del Regimiento 3 de Infantería, Pablo Belisle (22 de Septiembre de 1866).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Curupaytí, desafiando toda clase de peligros y a pesar de hallarse herido por un casco de metralla, logró salvar la bandera de su unidad, convertida, por los efectos de la fusilería enemiga, en un simple jirón, y luego, acompañado por cuatro soldados, levantó el cuerpo exánime del teniente coronel Alejandro Díaz y los llevaron al campamento argentino.

Comandante del Regimiento de Caballería “General San Martín”, Teniente Coronel Donato Álvarez (8 de Septiembre de 1867).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate del Rincón de los Naranjales, cargando a la cabeza de su unidad, recibió de un soldado enemigo un lanzazo tan violento en el costado derecho que le privó momentáneamente del conocimiento, pero sobreponiéndose al dolor, continuó en su puesto de combate hasta conseguir la derrota completa de los jinetes para guayos. Tiempo más tarde, el 18 de julio de 1868, durante el combate de Acayaguazú, siendo Jefe del Batallón “Cazadores de la Rioja, viéndose al cabo de una lucha desesperada, completamente rodeado por el enemigo, salvó la bandera de su unidad, arrojándola al río Paraguay, cuya corriente que iba con dirección a las líneas aliadas, la alejó del lugar del combate, evitando la caída de la enseña de la Patria, en manos del adversario.

Comandante de la Primera Legión de Voluntarios, Teniente Coronel (nacido en Liguria, Italia), Coronel José Giribone (3 de Noviembre de 1867)
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Tuyucué, rodeado por varios soldados enemigos, no dudó en trabarse con ellos en lucha cuerpo a cuerpo, cayendo acribillado de 18 heridas.

Capitán del Regimiento 1 de Caballería, Ezequiel Montoya (1868)
En una acción que tuvo lugar  a orillas del Río Diamante, desafiado a singular combate, por un desertor que militaba en las filas de los aborígenes, pidió para ello la autorización de su Jefe, y luego lanzándose al galope contra su contrincante, lo traspasó de un lanzazo. De regreso a su unidad, se presentó a su Jefe, diciendo: “Está despachado mi Coronel”

Cabo del Regimiento  5 de Infantería, Bernabé Barbosa (18 de Julio de 1868).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Acayuazú, copado con los suyos y rodeado por numerosos enemigos, afrontó heroicamente la muerte antes de rendirse.

Sargento del Regimiento 1 de Infantería, Casiano Ayala (18 de julio de 1868).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Acayuazú, poniéndose a la cabeza de un puñado de hombres, logró salvar de un exterminio inevitable, a los pocos sobrevivientes de la guerrilla “Gloria o Muerte”, que había caído en una emboscada que le prepararon los paraguayo, en un paraje de la selva.

Teniente del Batallón “Cazadores de La Rioja” Pedro Morillo (18 de julio de 1868).
Capturado por los paraguayos, en la acción de Acayuazú, fue ejecutado por orden del general Resquin algunos meses después, no habiendo cedido nunca a responder a los interrogatorios a los que era sometido,  mediante la aplicación de crueles torturas y vejámenes. Escuchó la sentencia de muerte con indiferencia y en el momento que le hacían fuego, gritó: “¡Tiren, canallas! ¡Viva mi patria”!

Jefe de Estado Mayor de la División Rivas, Coronel Miguel Martinez de Hoz (18 de Julio de 1868)
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Acayuazú, herido gravemente de dos balazos, siguió peleando contra los numerosos enemigos que le acosaban y habiéndose negado a rendirse, fue muerto por sus adversarios.

Cabo del Regimiento de Infantería “Rosario”, Carlos Rosas (18 de Julio de 1868).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Acayuazú, alejado de su unidad y rodeado por numerosos enemigos que le intimaban que se rindiese, les contestó con insultos luchando encarnizadamente, hasta caer muerto a tiros y bayonetazos.

Soldado del Regimiento de Infantería “Rosario”, Dionisio Ibáñez (18 de Julio de 1868).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Arayuazú, luchó hasta romper su arma en la cabeza de los enemigos que lo acosaban, antes de que éstos lograsen capturarlo.

Capitán del Regimiento 3 de Infantería Agustín Grela (noche del 1 al 2 de Agosto de 1868).
Durante la guerra con Paraguay, en la noche previa al combate de Humaitá,  se ofreció voluntariamente para comandar una flotilla de canoas que debía realizar una peligrosa incursión en los alrededores de dicha plaza. Sorprendidos sus camaradas, por la insistencia de su pedido para encabezar esta misión, respondió diciendo “Quiero morir por la Patria”. Ya le he entregado la mitad de mi cara (acción en Corrientes 25 de Mayo. de l865). Para qué quiero ahora el resto”. Y como tales palabras parecieron ser un augurio, murió a las pocas horas, encabezando el abordaje de una nave enemiga.

Soldado del Regimiento 3 de Infantería, Lino Carbonell (2 de agosto de 1868).
Durante la guerra con Paraguay, en el  Sitio de Humaitá, herido de muerte en un combate nocturno, entre canoas argentinas y paraguayas, fue muerto y expiró al grito de: “¡Viva el 3 de Línea”!

Soldado del Regimiento 3 de Infantería, nacido en Lombardía (Italia) Julio Terzoni (2 de agosto de 1868).
Durante la guerra con Paraguay, en el Sitio de Humaitá,  herido de muerte en un combate nocturno,  entre canoas argentinas y paraguayas, expiró al grito de: “Viva el 3 de Línea”

Teniente Coronel Gaspar Campos (12 de setiembre de 1868)
Actuó como Jefe del Batallón “Cazadores de la Rioja” durante la guerra con Paraguay. En julio de 1868, estando bajo las órdenes del Coronel MIGUEL MARTÍNEZ DE HOZ, fueron  sorprendidos en “Ayacuazá” por las tropas paraguayas. Producida la muerte de su jefe y de la mayor parte de sus efectivos, antes de ser tomado prisionero, atinó a arrojar la Bandera de su Batallón a las aguas del río Paraguay, logrando así que no cayera en manos del enemigo, pues ésta fue recogida por naves brasileñas que circulaban por el lugar.

Logró sobrevivir cerca de dos meses al duro cautiverio al que lo sometieron los paraguayos y murió el 12 de setiembre de 1868 en el campamento que estos instalaron en Lomas Valentinas, en un alto de su retirada ante el avance de las fuerzas de la Triple Alianza.

El coronel paraguayo BERNARDINO CABALLERO, que conmovido por su valor en combate, lo asistió en la muerte, fue luego Presidente de Paraguay y quien le entregó los efectos personales de GASPAR CAMPOS a su familia.

Teniente Coronel del Regimiento 4 de Infantería, Florencio Romero (27 de Diciembre de 1868).
Durante la guerra con Paraguay, en la acción de Lomas Valentinas, se batió en un combate singular con un jefe paraguayo y luego fue muerto por tropas enemigas que lanzaron un contraataque para vengar a su jefe vencido.

Segundo Jefe del Batallón “San Nicolás”, Capitán Francisco Costa (27 de Diciembre de 1868).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Lomas Valentinas, estando gravemente enfermo, desoyó el consejo médico y las órdenes de su Jefe, para que se mantuviera en cama y se unió a su unidad para participar en ese combate, siendo abatido durante el transcurso del mismo.

Comandante del Regimiento 5 de Infantería, nacido en Salerno (Italia), Teniente Coronel Nicolás Levalle (27 de Diciembre de 1868)
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Lomas Valentinas, habiendo recibida la orden de retirarse, contestó: “Señor. Coronel, el 5 de línea no sabe dar media vuelta al frente del enemigo” y en seguida, encarándose con los suyos, les ordenó: “Batallón, paso atrás. March” retrocediendo el valiente cuerpo con imperturbable calma, bajo una lluvia de balas a la cadencia del tambor y dando frente al enemigo.

Cabo del Regimiento 3 de Infantería, Santos Navarro (27 de Diciembre de 1868).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Lomas Valentinas, habiendo caído herido de muerte el abanderado de su unidad, logró poner en salvo la enseña que estaba a punto de ser tomada por el enemigo.

Soldado del Batallón de Infantería “Santa Fe”, Tiburcio Albarracín (27 de Diciembre de 1868).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Lomas Valentinas  se apoderó de una bandera enemiga, quedando herido de gravedad..

Capitán del Regimiento de  del Regimiento de Infantería “Córdoba”, Máximo Ibáñez (27 de Diciembre de 1868).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Lomas Valentinas, rodeado por numerosos enemigos, cayó heroicamente antes que rendirse.

Capitán del Regimiento de Caballería “General San Martín”, Máximo Silva (29 de diciembre de 1868).
Durante la guerra con Paraguay, en el Sitio de Angostura, cargó a la cabeza de su escuadrón contra una batería avanzada de los paraguayos, logrando apoderarse de una pieza, luego de batir a sablazos a los sirvientes de la misma.

Comandante del Regimiento de Caballería “General San Martín”, Coronel Donato Álvarez (4 de Julio de 1869).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate del Camino Pedroso, cargando por sorpresa, a un batallón enemigo compuesto por 500 efectivos, logró vencerlo causándole grandes bajas. El hecho fue considerado por la superioridad, como un brillante hecho de armas, por lo que se dispuso una recepción triunfal, cuando se produjera el regreso de esa unidad al campamento.

Comandante del Regimiento 6 de Infantería, Coronel Luis María Campos (12 de Agosto de 1869).
Durante la guerra con Paraguay, en el combate de Peribebuy, a la cabeza de sus bravos infantes, fue el primero en forzar a las trincheras paraguayas apoderándose le 5 bandera enemigas.

Comandante del Fuerte Sarmiento Egidio Sosa (4 de marzo de1871)
Al mando de 60 hombres, salió en persecución de una partida de cincuenta indígenas y algunos sublevados del Batallón “Nueva Creación” que habían atacado el Fuerte y al no tener noticias de ellos, un “chasque” que llegó al Fuerte, informó que lo había hallado junto con sus soldados, todos muertos y salvajemente torturados.

Mayor del Regimiento 7 de Caballería, Cristóbal Báez (1872).
Al frente de los 6 soldados que constituían la guarnición del Fortín Sarmiento, situado en la margen sur del Río Cuarto (provincia de Córdoba), fue atacada por 180 indígenas. Era un hombre lisiado, pues había perdido el brazo izquierdo en una acción anterior y fue herido en el derecho, al comenzar la lucha. No obstante ello, con gran esfuerzo logró tomar una carabina y en el momento en que lo atacaba para rematarlo, por el renegado que comandaba a los indígenas, conocido como el “Indio Blanco de los Ranqueles”, logró darle muerte, luego de lo cual, los indígenas se retiraron.

Sargento Mayor Wenceslao Paz (24 de junio de 1872)
Muerto en combate librado contra los indígenas Tobas, durante la Campaña al Chaco Austral.

Capitán de Guardias Nacionales del Regimiento “Guías de Mendoza”, Saturnino Torres  (22 de Diciembre de 1873).
Al frente de 35 infantes montados salió de la población de San Rafael (Mendoza),  en persecución de una partida de indígenas que “maloqueaba” por la zona.  Cuando se encontraba en marcha en cumplimiento de su misión, fue sorpresivamente atacado por 500 indios los que después de luchar cinco horas se vieron obligados a retirarse con fuertes pérdidas. Durante la lucha la caballada de los infantes que se encontraban en el interior del cuadro, que rápidamente habían formaron ante el ataque,  se asustó y trató de escapar campo afuera. Ante el peligro de quedar con toda su tropa “de a pie”, el Capitán Torres, sin pensar que podría ser arrollado por los animales,  detuvo la espantada, colocándose en la boca del corral, agitando sus brazos y profiriendo fuertes gritos, impidiendo la salida de los caballos.

Sargento Mayor del Regimiento 2 de Caballería Roque Peiteado (15 de agosto de 1876)
Mencionado en el parte de guerra elevado por el Comandante de la División “Guaminí”, Teniente Coronel MARCELINO E. FREYRE, por el valor demostrado en combate contra los indígenas araucanos

Capitán del Regimiento 2 de Caballería Exequiel del Mozo (15 de agosto de 1876).
Mencionado en el parte de guerra elevado por el Comandante de la División “Guaminí”, Teniente Coronel MARCELINO E. FREYRE, por el valor demostrado en combate contra los indígenas araucanos

Subteniente del Séptimo Batallón de Infantería Manuel Palacios (15 de agosto de 1876).
Mencionado en el parte de guerra elevado por el Comandante de la División “Guaminí”, Teniente Coronel MARCELINO E. FREYRE, por el valor demostrado en combate contra los indígenas araucanos

Sargento del Séptimo Batallón de Infantería Pedro Barrionuevo (15 de agosto de 1876)
Mencionado en el parte de guerra elevado por el Comandante de la División “Guaminí”, Teniente Coronel MARCELINO E. FREYRE, por el valor demostrado en combate contra los indígenas araucanos

Teniente coronel de Caballería Saturnino Arruabarrena (18 de junio de 1877)
Muerto en combate por los indígenas a cuatro leguas de la “Laguna del árbol”, en la provincia de Santa Fe

Teniente Primero del Regimiento 8 de Caballería Francisco Colaso (18 de junio de 1877).
Muerto en combate por los indígenas a cuatro leguas de la “Laguna del árbol”, en la provincia de Santa Fe

Teniente Primero de Guardias Nacionales de Santa Fe Francisco S. Machado (18 de junio de 1877).
Muerto en combate por los indígenas a cuatro leguas de la “Laguna del árbol”, en la provincia de Santa Fe

Teniente del Regimiento 1 de Caballería Abelardo Daza (31 de Agosto de 1881).
Marchando al mando de una tropa en persecución de una numerosa indiada, temerariamente se adelantó al resto de su tropa, con cinco de sus hombres y repentinamente chocó con los fugitivos. No dudó un instante y sin pensar en la tremenda superioridad numérica que enfrentaba, los atacó, resultando muerto con su escolta de cinco soldados.

Capitán del Regimiento  5 de Caballería Emilio Crouzeilles (6 de enero de 1882).
Mientras marchaba a la cabeza de una patrulla de 15 hombres que pasaban por un desfiladero que existía cerca de la localidad de Pulmari, fue repentinamente por una numerosa indiada a la que cargó de inmediato, muriendo heroicamente.

Teniente Segundo del Regimiento 5 de Caballería Nicanor Lescano (6 de Enero de 1882).
En el combate de Pulmarí (Neuquén), librado contra los indígenas a pesar de habérsele presentado una ocasión favorable para sustraerse al peligro, desdeño aprovecharla, y cayó heroicamente, mientras trataba de acudir en ayuda del Comandante de su escuadrón, el Capitán Crouzeilles.

Capitán del Regimiento 7 de Caballería, Juan G. Gómez (16 de enero de 1882).
Encontrándose al mando de la reducida guarnición, del Fortín Primera División (provincia de Río Negro), compuesta por de 16 hombres, resistió heroicamente durante varias horas los repetidos ataques que le llevó una fuerza de 1.000 indígenas. A pesar de haber recibido una grave herida, continuó batiéndose y alentando a su personal, hasta que los atacantes, convencidos de la imposibilidad de vencer tamaña resistencia, se retiraron.

Alférez del Regimiento 11 de Caballería, Eliseo Boer (18 de Enero de 1882).
Mientras la guarnición del Fortín Guanaco (provincia de Santa Fe), se defendía del ataque de una partida de indígenas, cuyo número era 15 veces superior a los defensores, murió en combate, junto con los doce soldados de su guarnición.

Teniente Coronel del Regimiento 2 de Infantería, Juan G. Díaz (6 de enero de 1883).
En el combate de Pulmarí, mientras efectuaba un reconocimiento de los bosques que circundan a dicha localidad, acompañado de una escolta de 16 hombres de su unidad, sorpresivamente tomó  contacto con una fuerza veterana de Chile compuesta por 84 hombres, que contaba con el apoyo de 150 indígenas araucanos, a quienes no dudó en atacar, obligándolos retirarse precipitadamente.

Soldado del Regimiento 5 de Caballería Francisco Carranza (6 de enero de 1883).
Muerto en acción contra los indígenas durante el combate de “Pulmarí (Neuquén),

Teniente del Regimiento 12 de Caballería Julio Olmos (16 de junio de 1883).
Muerto en combate con los indígenas, durante la Campaña al Chaco Austral

Teniente del Regimiento 12 de Caballería  José María Aguilar (16 de junio de 1883).
Muerto en combate con los indígenas, durante la Campaña al Chaco Austral

Sargento del Regimiento 12 de Caballería  José M. Risso (16 de junio de 1883).
Muerto en combate con los indígenas, durante la Campaña al Chaco Austral

Teniente del Regimiento 2 de Caballería, Joaquín  Nogueira (11 de Diciembre de 1883).
Murió heroicamente alentando a su tropa al ataque el  en el combate librado en la localidad de La Trinchera, donde el cacique Mancucheo, ayudado por profesionales chilenos se había atrincherado para la defensa.

Teniente Coronel Rudecindo Ibazeta (22 de setiembre de 1885).
Muere en combate contra los indígenas, en la frontera sudeste de  Salta.

Alférez del Regimiento 12 de Caballería, Juan Alberti (9 de enero de 1888).
En la madrugada del 9 de Enero de 1888, repentinamente atacado el Fortín Pérez Millán, por una horda de 200 indígenas Matacos, estando al frente de una guarnición de solamente de 6 soldados, al frente de su gente, logra rechazar las repetidas acometidas que llevan contra sus posiciones, obligándoles a retirarse en desorden, después de sufrir numerosas bajas.

Soldado del Regimiento 12 de Caballería, Pablo Andino (9 de enero de 1888).
Regresando de una comisión y estando a cierta distancia del Fortín Pérez Millán (en la provincia Mendoza), se apercibió de que el Fortín estaba siendo atacado por los indígenas matacos. Sin dudarlo se lanzó al galope hacia el lugar, debiendo abrirse paso a los sablazos,  para abrirse camino y poder entrar en auxilio de sus camaradas, cosa que logró luego de ser gravemente herido.

Soldado del Regimiento 2 de Caballería, Seguismundo Tapia (27 de Febrero de 1888)
Murió en combate, junto con su Jefe, luchando contra los indígenas durante un entrevero que tuvo lugar en Carreré (provincia de Santa Fe).

Teniente del Regimiento  2 de Caballería, Casildo Ferreyra (27 de Febrero de 1888).
En la acción de Carreré (provincia de Santa Fe), murió heroicamente luchando contra una numerosa indiada a la que no dudó atacar con una reducida fuerza.

Soldado del Regimiento 5 de Caballería, Santiago Sosa (2 de Marzo de 1888).
Salió con 3 soldados del Fortín Arenales, en persecución de una partida de indígenas, que en las inmediaciones de dicha localidad, habían asaltado una estancia, robando gran cantidad de ganado y cuando, a pesar de que los salvajes, contaban con una fuerza cuatro veces superior a la suya, no dudo en cargarlos vigorosamente, poniéndolos en fuga después de causarle varias bajas y de recuperar el ganado robado.

Sargento del Regimiento 5 de Caballería, Roque Flores (11 de Octubre de 1888).
Mientras, con cinco soldados se hallaba al cuidado de la caballada del Fortín Coronel Arias, fue repentinamente atacado por 400 indios Tobas y muerto por no rendirse

Este material fue extraído de Partes de Guerra. de periódícos de la época y de una publicación realizada como suplemento de la revista “El Soldado Argentino” en 1942.

16 Comentarios

  1. Marcelo Gustavo Oltracqua.

    Estos eran hombres. ¡Viva la Patria!.

    Responder
  2. Marcelo Gustavo Oltracqua.

    Excelente. solo un par de agregados. 1- El Mayor Fernando Echegaray, era del 1º de Línea.2- Falta el Teniente Coronel Gaspar Campos. 3- También el Coronel Videla Castillo, el cual en el episodio de Millán y Prudán, antes que estos fueran identificados; se ofreció a ser fusilado en vez de los que ayudaron a Estomba, para que no se llevara a cabo el sorteo.

    Responder
    1. Horacio (Publicaciones Autor)

      Señor Oltracqua: Ya hemos hecho las correcciones y agregados que Usted nos sugiriera. Le agradezco mucho su participación y me alegra que mi llamado a la colaboración, para que no quede en el olvido, ninguno de aquellos grandes hombres y mujeres que forjaron nuestra Patria, haya estimulado su respuesta. Espero más envíos de su parte, para mejorar esta página, que pretende ser escrita por todos aquellos que se sientan atraídos y apasionados por nuestra Historia.

      Responder
      1. Marcelo Gustavo Oltracqua.

        Gracias.

        Responder
  3. Marcelo Gustavo Oltracqua.

    Gracias por recordar a estos patriotas.

    Responder
  4. Marcelo Gustavo Oltracqua.

    Horacio. ¿Es posible que el Mayor a cargo del batallón San Juan se llame José Rómulo Giuffra y no Giufa y el Capitán del San Juan, Leandro Sánchez y no Lisandro?. En «Sauce» o «Boquerón». Saludos.

    Responder
    1. Horacio (Publicaciones Autor)

      Señor Oltracqua: Nuevamente me llegan sus comentarios y otra vez lo hace con una discreción y un tacto que me sorprende gratamente. Es muy posible que los nombres que Usted ne acerca sean los que verdaderamente les corresponde a esos personajes. Mis fuentes, a veces no son muy confiables porque provienen de publicaciones muy viejas, muchas veces deterioradas por el tiempo y que he tenido que reconstruír. En el caso que nos ocupa, quizás no he sabido leer muy bien y he cometido algún error, por lo que colocaré ambas versiones, con la idea de que alguien pueda aportarnos alguna información que dilucide este tema. Muchas gracias nuevamente por su colaboración.

      Responder
  5. Eduardo Francisco Rojas

    De acuerdo a varios libros de historia militar el Subteniente del Batallón “Santa Fe”, Mariano Grandoli (22 de Septiembre de 1866).No pertenecia al Batallón «Santa Fe» sino al Batallón «Rosario» por ser oriundo de la misma

    Responder
    1. Horacio (Publicaciones Autor)

      Señor Rojas: Le repito lo que le he contestado al Señor Oltracqua que me mandó una opinión que difiere de la suya: Fíjese Usted el comentario que nos envía el Señor Rojas, con respecto a este mismo tema y comprobará que, como lo hemos dicho repetidas veces, la información que nos ha llegado a través del tiempo de hechos, personajes o circunstancias que forman parte de nuestra Historia, es muy cambiante y a veces contradictoria. Muchos historiadores afirman algo que otros muchos contradicen. No es que unos u otros estén equivocados. Es que el relato del pasado se nutre en dichos y pareceres de contemporáneos (muchas veces distorsionados por la trasmisión oral que los ha traído hasta nosotros), en escritos de la época (quizás subjetivamente interpretados) o en estudios que incluyen o no, algún detalle no contemplado por otros, que altera su contenido. Está en nosotros escuchar todas las versiones, buscar si nos es posible nuevas fuentes de información y finalmente formar nuestra propia opinión, que a lo mejor puede llegar a ser distinta o coincidir con la de otros. Pero para esto no hay solución. Repito lo que siempre digo (copiando lo que alguien dijo alguna vez): «la única verdad es la realidad». Gracias por su colaboración.

      Responder
  6. Marcelo Gustavo Oltracqua.

    Eduardo, es verdad que el Subteniente 1º Abanderado era rosarino, pero pertenecía al 1º de SanTa Fe. Es interesante la carta que le envía la noche anterior a su madre, informándole que los paraguayos los iban a diezmar, pero que él sabría morir con la bandera que le habían confiado. Esta está expuesta con 14 balazos y la sangre del soldado en el Museo de Historia Provincial Dr. Julio Marc de Rosario.

    Responder
    1. Horacio (Publicaciones Autor)

      Señor Oltracqua: Fíjese Usted el comentario que nos envía el Señor Rojas, con respecto a este mismo tema y comprobará que, como lo hemos dicho repetidas veces, la información que nos ha llegado a través del tiempo de hechos, personajes o circunstancias que forman parte de nuestra Historia, es muy cambiante y a veces contradictoria. Muchos historiadores afirman algo que otros muchos contradicen. No es que unos u otros estén equivocados. Es que el relato del pasado se nutre en dichos y pareceres de contemporáneos (muchas veces distorsionados por la trasmisión oral que los ha traído hasta nosotros), en escritos de la época (quizás subjetivamente interpretados) o en estudios que incluyen o no, algún detalle no contemplado por otros, que altera su contenido. Está en nosotros escuchar todas las versiones, buscar si nos es posible nuevas fuentes de información y finalmente formar nuestra propia opinión, que a lo mejor puede llegar a ser distinta o coincidir con la de otros. Pero para esto no hay solución. Repito lo que siempre digo (copiando lo que alguien dijo alguna vez): «la única verdad es la realidad». Gracias por su colaboración.

      Responder
      1. Marcelo Gustavo Oltracqua.

        Totalmente de acuerdo Horacio.
        Abusando de su paciencia, me permito una pequeña observación, sobre el héroe de la Vuelta De Obligado; el segundo nombre del General era Lucio Norberto Mansilla; Lucio Valentín Mansilla, era su hijo, héroe también de la Guerra de la Triple Alianza y escritor de «Una excursión a los indios ranqueles».
        Saludos.

        Responder
        1. Marcelo Gustavo Oltracqua.

          Perdón, quise decir el hijo Lucio Victorio Mansilla.
          Saludos.

          Responder
        2. Horacio (Publicaciones Autor)

          Señor Oltracqua: Nuevamente me llegó su ayuda para mejorar la calidad y veracidad de mi página. Ya he corregido el error que me apuntara. Con unos pocos más como Usted, elarcondelahistoria será lo que soñé cuando me embarqué en este proyecto: Dejar constancias reales y verdaderas de los hechos que conforman nuestra Historia, para que el olvido, las pasiones y los intereses no hagan que lleguen distorsionados a quienes nos seguirán en el curso de la vida. Gracias nuevamente por su colaboración.

          Responder
  7. Carlos Ronda

    Con todo respeto… Alférez del Regimiento 11 de Caballería, Eliseo Boer (18 de Enero de 1882), murió en la defensa del Fortín Guañacos (provincia de NEUQUEN) y no «Guanacos (Prov de Santa Fe)

    Responder
  8. Lázaro Domínguez

    Hola, buenos días.
    Tengo una duda respecto a el caso del teniente del Batallón “Cívicos de San Juan”, Bernardo Navarro. Por una serie de características que desarrollaré, se me confunde con el hombre que mencionan otros autores, como Víctor Hugo Robledo (en El tigre de los llanos) o Ramón Torres Molina (en Facundo Quiroga: de la leyenda a la historia): el Mayor Bernardo Navarro. Servía, según el relato de nada menos que Sarmiento, con el rango de alférez en el momento de la sublevación del batallón número 1. La sumatoria de las similitudes, además de la imprecisión de las narraciones de los hechos, llevan a pensar que el teniente mencionado en esta nota y el alférez cuya vida narra Sarmiento son la misma persona. Ahora bien, aunque en esta versión de la historia también le ofrece resistencia al batallón, no es muerto, por el prodigio de su resistencia: “El mayor Navarro […] a la edad de dieciocho años, montaba guardia como alférez de milicias, en la noche en que, en 1820, se sublevó en San Juan el batallón Nº 1 de los Andes; cuatro compañías forman enfrente del cuartel e intiman rendición a los cívicos. Navarro queda solo en la guardia, entorna la puerta y con su florete defiende la entrada; catorce heridas de sables y bayonetas recibe el alférez y apretándose con una mano, tres bayonetazos que ha recibido cerca de la ingle, con el otro brazo, cubriéndose cinco que le han traspasado el pecho, y ahogándose con la sangre que corre a torrentes de la cabeza, se dirige desde allí a su casa, donde recobra la salud y la vida, después de siete meses de una curación desesperada y casi imposible” (Sarmiento, Facundo, Colección Clásica, pp. 174-175, 1993).
    Termina su camino a la muerte más de una década después, en la Batalla de Río Cuarto. Se nos aclara que antes dio caza a Villafañe, en Chile: “A la noche, Navarro requiere sus armas y una comitiva de nueve hombres que le acompañan, y que deja en lugar conveniente, cerca de la casa de Tilo, avanzándose él solo a la claridad de la luna. Cuando hubo penetrado en el patio abierto de la casa, grita a Villafañe, que dormía con los suyos en el corredor: «¡Villafañe, levántate!: el que tiene enemigos no duerme». Toma éste su lanza, Navarro se desmonta del caballo, desenvaina la espada, se acerca y lo traspasa. Entonces dispara un pistoletazo, que era la señal de avanzar que había dado a su partida, la cual se echa sobre la comitiva del muerto, la mata o dispersa. Hacen traer los animales de Villafañe, cargan su equipaje y marchan en lugar de él a la República Argentina a incorporarse al ejército” (Sarmiento, ob.cit., p. 176, 1993).
    Esta historia deja en el lector, sin embargo, una sospechosa impresión de leyenda, y todos sabemos que Sarmiento era a veces propenso a la ficcionalización de la historia. Aunque sabemos, es cierto, que el hecho narrado (un unitario de nombre Bernardo Navarro da muerte a Villafañe) tiene rigor de verdad: lo corrobora la carta de Domingo Ozan a Quiroga, fechada el 29 de julio de 1831.
    Ven ahora que estas dos historia sobre Navarro no pueden convivir. Dicho de otro modo, que alguna de las historias (la del teniente que murió en 1820 o la del alférez devenido después en mayor que muere en 1831) es falsa, subsidiara de la real.
    Entiendo que debo estar formándome una confusión (por que otros autores validan la existencia de un Teniente Bernardo Navarro, como Nicanor Larrain en El país de Cuyo): ¿Hay alguna forma de demostrar que la historia que defiende Sarmiento junto a otros el falsa? ¿El Bernardo Navarro que dio muerte a Villafañe es otro al que fue sometido por el batallón número 1 (pero entonces volvería las incoherencia mencionadas previamente)? Agradecería el comentario de cualquier prueba histórica que me ayude a esclarecer esta incerteza.

    Responder

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