EL REAL CONVICTORIO CAROLINGIO (03/11/1783)

El 3 de noviembre de 1783,, el virrey VÉRTIZ Y SALCEDO creó el Real Colegio Convictorio Carolingio, el colegio más importante con que contó la ciudad de Buenos Aires en los tiempos de la colonia.

Hasta el siglo XVIII la enseñanza de las primeras letras estuvo a cargo de las Escuelas conventuales y de maestros particulares. Los maestros particulares eran pagados por los padres, aunque sus salarios eran generalmente muy bajos. En cambio, las Escuelas que dependían de la Iglesia eran gratuitas pero para ingresar en ellas había que reunir condiciones muy estrictas.

Las mujeres no podían asistir a clase y tampoco los varones de familias “no decentes”. Se aceptaba a los indios, pero no a los negros ni a los mulatos y una anécdota refiere el caso de AMBROSIO MILLICAY, un mulato de Catamarca que fue penado con 25 azotes «por haberse descubierto que sabía leer y escribir».

Cuando en 1767 los jesuitas fueron expulsados de América, las Escuelas que dirigían se cerraron y esto ocasionó una grave pérdida para la educación.

Tratando de subsanar la falta, el 3 de noviembre de 1783, sobre la base del Real Colegio de San Carlos para estudios mayores, fundado en 1773, el virrey VÉRTIZ Y SALCEDO creó el Real Colegio Convictorio Carolingio.

Fue instalado en el antiguo edificio del Colegio Jesuita, junto a la iglesia de San Ignacio. El Real Convictorio era un internado donde se exigía que los alumnos tuvieran 10 años para ingresar, saber leer y escribir, ser hijos legítimos y presentar constancia de cristiandad y limpieza de sangre.

La disciplina de la institución era muy severa y se imponían los castigos más duros a los alumnos que no cumplieran con los reglamentos.

En 1787 el rigor se acentuó y se autorizaron los castigos con azotes, usando el auxilio de la fuerza pública si era necesario. Estas disposiciones causaron más de una rebelión, entre el alumnado.

Los pupilos vestían un traje de paño negro, bonete de tres picos y medias negras. Al egresar, podían continuar sus estudios en la Universidad de Córdoba y en la de Charcas. La enseñanza era principalmente de carácter teológico y el régimen interno estrictamente claustral. En 1806, cuando los ingleses invadieron el Río de la Plata, el edificio fue ocupado por el Regimiento de Patricios y a partir de entonces el colegio comenzó a decaer hasta que en 1807 fue cerrado (ver La Educación en la Argentina. Sus orígenes).

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