EL INSTITUTO ARGENTINO DE ECONOMÍA DOMÉSTICA (18/08/1915)

El 18 de agosto de 195 se inauguró oficialmente el Instituto Argentino de Economía Doméstica», desinado a difundir la «ciencia doméstica».

El Acto contó con  la presencia del entonces presidente de la República doctor VICTORINO DE LA PLAZA y sus ministros JOSÉ L. MURATURE y general ALLARÍA, acompañados por la inspiradora y fundadora del mencionado establecimiento y presidenta de la Sociedad Conferencias de Señoras de San Vicente de Paul, doña LEONOR DE TEZANOS PINTO DE URIBURU.

La ciencia doméstica era entonces una inquietud totalmente desconocida en nuestro ambiente. En su último viaje a Europa, doña Leonor de Tezanos Pinto de Uriburu había visitado y observado las principales escuelas de estas disciplinas, entre ellas «L’ École Professionnelle», en París, Francia.

Poco tiempo después, de nuevo en Buenos Aires, hizo venir en 1908 a una profesora de la afamada escuela de Friburgo, doña OLGA NAGUEL DE MOLL, que comenzó a dictar clases de «Economía Doméstica» en uno de los talleres de la «Casa de Obreras de Santa Felicitas».

En 1910 se dio más amplitud a esta obra, instalándose en un local de la calle Ayacucho 1411 y comenzó a denominarse Instituto de Enseñanza Doméstica. En 1912 llegaron a Buenos Aires las religiosas de Jesús-María, que luego dirigieron este establecimiento.

El 19 de abril de 1913 las hermanas de Jesús-María se instalaron en la casa de la calle Tacoati 1005 de la Capital, Federal, destinada para ese fin y poco más tarde, el Instituto se trasladó a la. calle Carlos Calvo 922.

El 31 de mayo de 1916 el Poder Ejecutivo expidió un decreto autorizando la inscripción en el Registro de cátedras de los títulos dé «Profesora de Ciencia Doméstica», que expidiese el Instituto Superior de Economía Doméstica de la Conferencia de Señoras de San Vicente de Paul, quedando habilitadas sus poseedoras para el desempeño de puestos en. la Escuela Intermedia y Profesional de Artes y Oficios, de la Nación.

«Se había logrado así llenar una necesidad social, estimulando además, la seriedad de la vida entre la juventud femenina que se desenvolvía en las modernas frivolidades de esos tiempos».

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