EL GOBIERNO DE SHIMU NEGRO (15/04/1831)

El gobierno de Shimu negro, fue un gobierno que duró solamente dos días en la provincia de Santiago del Estero y el derecho a ejercerlo fue comprado con 50 pesos en 1831.

Entre el 15 y el 17 de abril de 1831, un personaje conocido como “Shimu Negro” ocupó el cargo de Gobernador de la provincia de Santiago del Estero. Quién era este personaje, porqué fue Gobernador y porqué duró tan poco su gobierno ??.

Son preguntas a las que LEÓN BENARÓS dio respuesta en el Número 4 de la Revista Todo es Historia, diciendo que SIMÓN LUNA, más conocido como Shimu Negro, se autoproclamó Gobernador de la provincia, luego de la derrota y muerte del capitán MARCELO CASTELLANO.

Don BENARÓS nos cuenta también que para que se conozca la clase de personaje que era el tal Gobernador, el señor SANTIAGO DE PALACIO, un santiagueño respetable y de nobles dotes, tan patriota como de distinguida alcurnia, escandalizado y avergonzado al mismo tiempo de ver degradada la primera magistratura de su provincia en manos de aquel personaje de tan baja esfera, no por su color, sino por sus antecedentes y vida relajada, quiso librar a la provincia de de aquella degradación.

Para el efecto, fue a verlo a SHIMU NEGRO y éste, recordando que en oportunidades anteriores, había trabajado como boyero y picador de carretas de don PALACIO, recibió gustoso a su antigüo patrón.

Corta fue la entrevista, pues rápidamente llegaron a un acuerdo. PALACIO, . haciéndole presente que estaba ocupando un puesto que no le correspondía, le ofreció 5.000 pesos, con tal  que lo abandonara y se retirara a su vida  ordinaria de boyero. Ante su sorpresa,  SHIMU NEGRO le contestó airadamente:

«Se equivoca mi patrón, si cree que por esa cantidad había yo de dejar el puesto que ocupo y le prevengo, continuó diciendo,  que si usted no me da 50 pesos, sublevaré a toda la canalla». El señor PALACIOS, sorprendido de la supina ignorancia  del “gobernador Luna”, contó 50 pesos y le dijo: Aquí tienes los 50 pesos que me pides. SHIMU los tomó rápidamente y mientras PALACIOS se retiraba, le prometió abandonar de inmediato la Casa de Gobierno, para cumplir el deseo de quien había sido su antiguo patrón, cuando le había servido como boyero y picador de carretas.

Acompañado de sus ayudantes los hermanos PEDRO ALCÁNTARA MEDINA y VENANCIO MEDINA, que habían sido sus socios en la aventura, SHIMU abandonó la Casa de Gobierno y se dirigió a la pulpería, donde permaneció con sus compinches bebiendo, hasta que no le quedó ni un real de lo cobrado por renunciar.

Y parece ser que la provincia de Santiago del Estero, por aquellos años,  estuvo a merced de personajes surgidos del desorden y la violencia desatada por la lucha que protagonizaron unitarios y federales, alzando banderas que muchas veces ocultaban sus verdaderas intenciones hegemónicas.

Surgieron así aventureros de la calaña de SHIMU, que pudieron medrar entonces en ese mundo violento, como es el caso de otro sujeto, que aprovechando el triunfo obtenido por las armas, pretendió apoderarse de un atributo que no le correspondía.

Durante el alzamiento federal encabezado por Estanislao López en 1831, luego de que Ibarra fuera sucedido provisoriamente por DEHEZA en el gobierno de la provincia de Santiago del Estero, y ante la retirada de éste, por FRANCISCO GAMA quien fue derrotado a su vez por las fuerzas de LOPEZ, el 17 de abril de 1831, los federales entraron a la desierta ciudad de Santiago del Estero.

Sus jefes debieron adoptar enérgicas medidas para evitar los desbordes de la tropa.: se prohibió la venta y el consumo de bebidas alcohólicas, se castigó el robo y el saqueo, se prohibió la reventa de caballos, ropa o armas pertenecientes al ejército, pero algunos de ellos, como fue el caso relatado , protagonizado por SHIMU  NEGRO, hubo otro que tuvo menos difusión, pero que también quedó registrado en la historia negra de las luchas civiles que la ensombrecen.

Uno de esos capitanes federales, llamado JOSÉ SANTOS CORONEL había logrado apoderarse del bastón de mando del Gobernador y fue nuevamente nuestro inefable señor PALACIO,  quien , viéndose obligado a intervenir, le ofreció comprárselo por la suma que estimara suficiente.

Llegados a un acuerdo, SANTOS CORONEL aceptó recibir 300 mazos de tabaco de Tucumán, 3 barriles de caña para sus “muchachos” y 13 pesos fuertes para él. PALACIO  le  entregó no sólo lo que pedía Coronel, sino que le dio además una bolsa de yerba y otra de azúcar, para que obsequiase a su gente en su nombre.

Asombrado por el pago recibido, SANTOS CORONEL prorrumpió en vivas a PALACIO, cuya largueza no se cansaba de elogiar, pero reprochado por sus amigos, que lo criticaban por haberse desposeído de tal bastón, por tan poco precio, habiendo podido sacar por él mucho más, contestó: «¿Qué entendía yo del valor de ese bastón? ¿Ni qué había yo de hacer con semejante instrumento que no sabia ni manejar?»

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