EL CONGRESO DE PEÑAROL (05/04/1813)

Luego de que JOSÉ GERVASIO DE ARTIGAS, caudillo de la Banda Oriental fuera invitado a enviar representantes de esa provincia ante el Congreso General Constituyente de 1813, reunido en Buenos Aires,  junto con sus colaboradores,  recorrió su país recabando la opinión de la gente, buscando por medio de  sus respuestas, saber lo que necesitaban, con que soñaban y qué era lo que les preocupaba. Sabiendo ya de este modo, los contenidos que deberían llevar sus delegados ante dcho Congreso, convocó a  los representantes de los cinco Cabildos que componían la Banda Oriental,  a una reunión para decidir la conducta que deberían adoptar en ese foro.

Recordemos que en ese entonces, la Asamblea que se había reunido en Buenos Aires, proponía debatir acerca de diversos asuntos, que al decir de diversos autores, no incluía el fundamental para los pueblos del extinto virreinato del Río de la Plata: la declaración de la Independencia, la redacción de una Constitución y las respuestas que demandaba la apremiante situación económica de las provincias, lamentablemente no estaban entre ellos, a pesar de que éstos eran los que realmente les preocupaba .

El cinco de abril de 1813 ARTIGAS presidió el llamado “Congreso de Peñarol” (también conocido como “Congreso de abril” o “Congreso de las Tres Cruces”) y allí se decidió reconocer a la Asamblea “por obediencia o por pacto y no por sumisión” y aceptar su autoridad, bajo determinadas condiciones (éstas fueron finalmente las expuestas en la conocidas “Instrucciones de Artigas a los delegados ante la Asamblea del año XIII dictadas el 19 de abril de ese mismo año.

Las facciones del gobierno central de Buenos Aires, ya tenían decididos algunos aspectos del temario que debía tratarse y muchos de ellos estaban en las antípodas de lo que exigía ARTIGAS  y aunque podían tolerar ciertas demandas, la radicalidad del planteo oriental fue demasiado. El 1 de junio de 1813, la Asamblea en Buenos Aires sesionó secretamente para impedir el ingreso de la delegación artiguista a las deliberaciones y así fue que intereses oscuros lograron su objetivo de no permitir la presencia de los delegados orientales, argumentando deficiencias formales en su designación (ver Las Instrucciones de Artigas).

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