DIRECTORIO DE CARLOS MARÍA DE ALVEAR (10/01/1815)

 

CARLOS MARÍA DE ALVEAR asume como Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata y ejercerá el cargo desde el 10 de enero de 1815 hasta el 14 de abril de 1815.

Luego de la renuncia de Posadas, la Asamblea puso a votación para decidir quién era la persona que debía suceder a POSADAS por el tiempo que le faltaba para terminar su período. Por mayoría de sufragios,  la elección recayó en el general Carlos María de Alvear, quien prestó juramente el 10 de enero de 1815.

Recordemos que el Directorio fue una institución creada el 26 de enero de 1814 por una Asamblea que fue convocada por el Segundo Triunvirato, con la intención de instalar un poder ejecutivo unipersonal. Desde su creación hasta que dejó de funcionar (11 de febrero de 1820), siete fueron los funcionarios que ejercieron tal cargo

Alvear asumió el poder en circunstancias muy difíciles: el retorno de Fernando VII al trono español, la sublevación del Ejército del Norte, el artiguismo promoviendo la guerra civil en el interior y la opinión pública de Buenos Aires, enconada y recelosa hacia el nuevo Director, fueron duras realidades que debió encarar, agravadas éstas desde el mismo día en que prestó juramento, ya que ese día MANUEL DORREGO era derrotado en la batalla de “Guayabos” en la Banda Oriental, obligando a abandonar esos territorios a las tropas de Buenos Aires.

ALVEAR buscó y obtuvo el apoyo de la Logia Lautaro (1) para consolidarse en el mando y el tono enérgico y vigoroso que le imprimió a su gestión, sólo sirvió para precipitar su caída.

Para controlar la situación del país, intentó un acercamiento con el Ejército del Norte, pero RONDEAU negó obediencia a la nueva autoridad, por haber sido su elección, “notoriamente contraria a la voluntad de todos los pueblos».

Queriendo contemporizar y limar asperezas, a pesar de esto, ALVEAR lo confirmó en su mando  y envió dos comisionados con el propósito de intentar una reconciliación. También inició negociaciones con ARTIGAS para llegar a un acuerdo en base al reconocimiento de la independencia de la Banda Oriental a cambio de que el caudillo retirara sus fuerzas del litoral argentino, propuesta que fue rechazada de plano por ARTIGAS.

Desde mediado de 1814, por designación de POSADAS, el general SAN MARTÍN ocupaba el cargo de Gobernador Intendente de Cuyo y cuando éste se enteró del cambio producido en el gobierno de Buenos Aires, presentó su renuncia. ALVEAR, enconado opositor de SAN MARTÍN, no tardó nada en aceptarla y en nombrar al coronel GREGORIO PERDRIEL para que lo reemplazara. Pero no contaba con que un Cabildo reunido  en Mendoza,  rechazó la medida y confirmó a SAN MARTÍN en el cargo.

Para juzgar la importancia de este episodio, debe tenerse en cuenta que a los intendentes sólo los nombraba el Director Supremo y como SAN MARTÍN fue confirmado en el cargo por el Cabildo de Mendoza, contrariando así las órdenes gobierno de Buenos Aires, esto significaba un acto de auténtica reivindicación del federalismo.

Esta naciente corriente tuvo su correlato ya no sólo en el norte y en la región de Cuyo, sino que, creando un nuevo frente de oposición a ALVEAR, la Banda Oriental expresaba similares pretensiones bajo el liderazgo de ARTIGAS, que por otra parte era seguido por varios gobernadores adictos.

En Entre Ríos el caudillo EUSEBIO EREÑÚ, en Corrientes JUAN BAUTISTA MÉNDEZ, en Santa Fe FRANCISCO CANDIOTI y en Córdoba, JOSÉ JAVIER DÍAZ, adherían a la causa federal y hasta tenían una Bandera propia de color celeste y blanco, cruzada por una banda roja.

Combatido por la opinión pública, por el Cabildo de Buenos Aires, que se consideraba disminuido en su autoridad y en abierta rebelión el interior, puede afirmarse que la jurisdicción de ALVEAR en su carácter de gobernante, no pasaba de una fracción de la actual provincia de Buenos Aires.

Cuando trascendió que el Director Supremo había enviado al exterior a MANUEL GARCÍA para solicitar el protectorado británico sobre las Provincias Unidas, la oposición a ALVEAR aumentó y la situación estuvo a punto de explotar, cuando decretó la incorporación forzada de los ciudadanos a las filas del Ejército, impuso tributos extraordinarios  y embargó bienes pertenecientes a la Iglesia.

Considerando que su situación se había puesto insostenible, ALVEAR, ya un nervioso y descontrolado gobernante, el 28 de marzo de 1815 publicó un decreto por el que condenaba a muerte “a todo el que de palabra o por escrito  censurase al gobierno, divulgara rumores, promoviese la deserción de las tropas y no denunciase conspiraciones contra las autoridades constituídas”.

La sublevación en Fontezuelas
A comienzos de abril de 1815 y debido a la situación imperante, ALVEAR salió de Buenos Aires y se instaló con fuerzas que le eran adictas en el campamento de Olivos. Decididos a derribar al Director Supremo, sus opositores se pusieron en contacto con ARTIGAS y acordaron que éste avanzara de inmediato sobre Santa Fe, para luego dirigirse Buenos Aires a los efectos de tomarla.

Enterado de esto ALVEAR, ordenó la salida de 1.600 de sus hombres, bajo las órdenes del brigadier IGNACIO ÁLVAREZ THOMAS, detener tal operación, pero cuando el 3 de abril, estas tropas llegaron a Fontezuelas (localidad cercana a Arrecifes, en la provincia de Buenos Aires), en la ruta a Santa Fe— su jefe se sublevó contra el Director Supremo; mientras en forma simultánea dirigía una violenta proclama al gobierno, haciendo presente en ella, el descontento que los numerosos errores cometidos estaban provocando en la ciudadanía y exigiendo su renuncia inmediata y su reemplazo por una nueva autoridad que contara con el apoyo general.

Disolución de la Asamblea. Renuncia de Alvear
La actitud de ÁLVAREZ THOMAS y de su ejército en Fontezuelas, encontró de inmediato el apoyo de Buenos Aires, donde el general ESTANISLAO SOLER fue su principal operador. Llegada la noticia de la sublevación, Alvear se dispuso a resistir, pero luego optó por elevar su renuncia al cargo de Director Supremo a la Asamblea General, reteniendo empero, el mando supremo de las tropas.

El 14 de abril, la Asamblea aceptó la renuncia y para evitar los inconvenientes que había acarreado un gobierno unipersonal, dispuso modificar la ley vigente e instalar nuevamente un Triunvirato (sería el tercero), eligiendo para integrarlo a RODRÍGUEZ PEÑA, SAN MARTIN Y MATÍAS IRIGOYEN.

Al enterarse el pueblo de lo resuelto, manifestó su desaprobación y el 15 de abril salió a la calle, resuelto a imponer su voluntad. La multitud comisionó al general SOLER para que, invocando la representación de la mayoría, exigiese al Cabildo que tomara el gobierno.

Ese mismo día se reunió el Ayuntamiento y resolvió pedirle la renuncia de todos sus cargos a ALVEAR, disolver la Asamblea General y dar por nulo el efímero tercer Triunvirato. Desde ese momento, se atribuyó funciones gubernativas y confió el Comando de Armas al general SOLER. Una comisión se trasladó al campamento de ALVEAR para comunicarle lo resuelto, pero regresó con varias proposiciones conciliatorias que éste había presentado y que fueron terminantemente rechazadas.

Se envió una nueva diputación para conminarlo a la renuncia, especialmente del Comando de Armas y como Alvear insistía en no entregar el mando y amenazaba con marchar sobre Buenos Aires con tropas adictas, se ofreció como mediador su amigo, Lord Percy, comandante de una fragata inglesa surta en el puerto de Buenos Aires.

Luego de varias entrevistas y deliberaciones, finalmente ALVEAR aceptó renunciar, en base a que se le otorgasen garantías a su persona y en la mañana del 17 de abril, entregó el mando militar al coronel JUAN JOSÉ VIAMONTE, alejándose de inmediato rumbo a Río de Janeiro.

La revolución de abril de 1815 ha sido catalogada como un «movimiento federal”, por cuanto el gobierno central establecido en Buenos Aires fue derribado por la presión de fuerzas del interior, que lograron la disolución de la Asamblea, la caída de Alvear y la entrega del poder al Cabildo (ver Alvear, Carlos María).

(1). Recordemos que a partir de la revolución del 8 de octubre de 1812, dos tendencias se instalaron en el seno de la Logia Lautaro. El ideal revolucionario defendido por San Martín , fue reemplazado por un “partido personalista” acaudillado por Alvear, que vencedora a la postre en esta puja, en la Asamblea del Año XIII y claramente dominada por Alvear fue defenestrada junto con su líder cuando éste cayó el 14 de abril de 1815, dando lugar a que en 1816, bajo la inspiración de San Martín,  surgiera una nueva “Logia Lautaro”, con la dirección de Tomás Guido.

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