CONFLICTO DE LÍMITES CON EL URUGUAY (10/08/1907)

El naufragio del barco «Constitución» en aguas del Río de la Plata, saca a la luz un latente conflicto de límites entre Argentina y Uruguay.

El 10 de agosto de 1907 estalló un conflicto de límites con el Uruguay, a raíz del naufragio del barco argentino «Constitución». En realidad, el conflicto estaba latente y el naufragio del «Constitución» no hizo más que ponerlo en evidencia.

Cuando este barco se hundió en aguas del Río de la Plata, las autoridades argentinas enviaron una lancha para salvar a los náufragos, que fueron luego trasladados a la isla Martín García para su atención.

Inmediatamente, el gobierno uruguayo realizó un reclamo diplomático y la Cancillería argentina contestó que sólo había cumplido con deberes policiales, sin intención de agraviar la soberanía del país vecino.

Pero la polémica por la jurisdicción del Río de la Plata había estallado. El Uruguay sostenía que su soberanía se extendía hasta la vaguada del río y que, por lo tanto, la isla Martín García quedaba dentro de su territorio, mientras que la Argentina, basándose en un Tratado de 1828, afirmaba que ese sector le correspondía.

Este Tratado, firmado al terminar la guerra entre Brasil y Argentina, había concedido la independencia al Uruguay, pero no había definido el tema de los límites. Por tradición se había establecido que la frontera entre Uruguay y la Argentina, pasaba por el canal de acceso al puerto de Buenos Aires, quedando por lo tanto la isla, dentro de la soberanía argentina.

El conflicto comenzó a crecer en forma alarmante y fue alimentado por la prensa de amos países hasta alcanzar serias dimensiones, al tiempo que el Brasil, siempre interesado en las aguas del Río de la Plata, manifestaba su apoyo a los reclamos de la República Oriental.

Sin embargo, en pocos días, el enfrentamiento comenzó a apaciguarse, merced a las gestiones de funcionarios diplomáticos de ambos países, pero sobre todo, después de la renuncia de Estanislao Zeballos, ministro de Relaciones Exteriores argentino, que era acusado por las autoridades uruguayas, de agravar el conflicto, impulsado por su fanático nacionalismo.

Los buenos oficios dieron finalmente solución definitiva a este problema y en 1910, el litigio quedó completamente resuelto, merced a la gestión del Presidente Roque Sáenz Peña, congelando la situación al momento del inicio de la controversia, esto es, ratificando el derecho de libre navegación del Río de la Plata, para ambos países (ver Conflictos de límites de Argentina con países vecinos).

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