CARGA DE CABALLERÍA PARAGUAYA EN TUYUTÍ (24/05/1866)

Durante la guerra con Paraguay, la caballería paraguaya escribe una de las páginas más gloriosas de su historia, al encabezar una desesperada arremetida contra las fuerzas de la Triple Alianza.

El general José Ignacio Garmendia (1842-1925), que tomó parte en esa contienda fratricida, escribió el libro «Re­cuerdos de la guerra del Paraguay» donde relata la batalla de Tuyutí, librada el 24 de mayo de 1866 y en uno de los pasajes de su libro,  describe el ataque de la caba­llería paraguaya del general Resquín que se estrelló contra las líneas de argentinos, brasileños y orientales que hicieron estragos en los atacantes y al respecto dice:

«Estos soberbios centauros co­lorados eran una avalancha roja que se precipitaba sobre las líneas aliadas blandiendo sus afilados sables en la mano».

«Eran ochocientos jinetes paraguayos. Pintoresco espectáculo presentaban aquellos bravos enemigos. Hombres de inmensa talla con la tez cobriza y la mirada altiva, el pesado morrión de cuero hacia atrás sujeto al barbijo, el brazo musculoso levantado, blandiente el filoso sable, las piernas nervudas, desnudas, en patas, oprimiendo el flanco de los recién domados potros que desbocados se arrojaban sobre nuestros soldados».

«No se oía sino la voz animosa de sus oficiales gritando que no desmayasen, y el repiqueteo de aquellas in­mensas espuelas que sangraban los ijares de sus torpes re­domones. “Avanzaban rápidos levantando una nube de agua de los esteros que pasaban en espantoso desorden: la metralla abría claros inmensos en sus escuadrones, pero una disciplina sobrehumana cerraba aquellos claros con una rapidez digna de encomio».

«Estos soldados paraguayos habían logrado penetrar por sorpresa al principio de la batalla en la retaguardia aliada y allí saquearon las tiendas de los vivanderos y se emborracharon. Cuando quisieron reaccionar estaban rodeados por los aliados y murieron a miles pues ninguno se rindió: seis mil muertos quedaron en el campo. Al día siguiente fueron quemados en pilas colosales que ardían lentamente» (ver Guerra con Paraguay).

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